Luego de la tensa situación diplomática que se vivió entre Colombia y Estados Unidos, la administración de Donald Trump ha iniciado conversaciones con El Salvador para establecer un controvertido acuerdo de “Tercer País Seguro”.
Este pacto permitiría a Estados Unidos deportar a migrantes de países diferentes, incluidos supuestos miembros del crimen organizado, hacia el territorio salvadoreño, donde tendrían que solicitar asilo en sus países u otro territorio, en lugar de hacerlo desde suelo estadounidense.
Funcionarios estadounidenses confirmaron que este acuerdo está siendo diseñado especialmente para resolver el problema de las deportaciones de venezolanos, luego de que el gobierno de Nicolás Maduro se negara a aceptar a repatriados. Aunque el Gobierno norteamericano no descarta el envío de deportados de otras nacionalidades diferentes.
La negociación que se lleva a cabo con El Salvador, no solo buscaría deportar migrantes irregulares, también incluiría una disposición para trasladar a presuntos miembros del Tren de Aragua, la peligrosa organización criminal de origen venezolano, que el presidente Trump busca designar como “organización terrorista”.
El plan recuerda un acuerdo similar que Trump negoció con El Salvador durante su primer mandato, pero que nunca se implementó y que luego fue descartado por la administración de Joe Biden. Sin embargo, con Nayib Bukele en el poder y una relación estrecha con Washington, el panorama parece más favorable para llevar a cabo la idea.
La semana pasada, Trump realizó una de sus primeras llamadas internacionales a Bukele, donde ambos discutieron estrategias para frenar la migración irregular y combatir a bandas criminales transnacionales, pasión que tienen en común. “Detener la inmigración ilegal y golpear a bandas como el Tren de Aragua es una prioridad para nuestra administración”, habría dicho Trump durante la conversación.
El Tren de Aragua, señalado por Trump como responsable de crímenes contra ciudadanos estadounidenses, ha sido un tema recurrente en la narrativa del mandatario desde su campaña electoral en 2024.
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Designar al grupo como una organización terrorista sería una medida inédita contra una banda criminal latinoamericana y podría abrir la puerta a operaciones internacionales para desarticularla y perseguirla con mayor fuerza tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
La próxima semana, el secretario de Estado, Marco Rubio, comenzará su primera gira internacional, que incluirá visitas a El Salvador, donde posiblemente se termine de consolidar el tema. Según fuentes diplomáticas, esta gira busca fortalecer alianzas estratégicas en América Latina y concretar acuerdos como el de “Tercer País Seguro”.
Los movimientos de la administración Trump reflejan una política migratoria mucho más agresiva, tanto con los migrantes como con los países de origen. Así lo dejó ver durante el fin de semana con la disputa en medio de la cual emitió serias repercusiones contra Colombia. El Salvador, como era de esperarse, podría consolidarse como un socio clave en la región, pero también asumiría un enorme desafío si el acuerdo se materializa.