Andrés, un ingeniero mecatrónico de profesión, aterrizó en la mañana de este 28 de enero en el aeropuerto El Dorado de Bogotá. Fue uno de los 201 colombianos que arribó deportado desde Estados Unidos. Afirmó que migró en búsqueda de nuevas oportunidades económicas y que, ahora, tratará de buscarlas en su país.
“Tenía un buen trabajo en Colombia, pero uno es ambicioso. Fue una decisión personal”, señaló el migrante una vez aterrizó en Colombia. Antes de su partida ostentaba un sueldo de 4.000.000 de pesos.
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Cuando estuvo en El Paso, Texas, el hombre se entregó a las autoridades migratorias y solicitó asilo. La petición fue rechazada. Estuvo detenido 12 días hasta su deportación.
“Nos daban hasta cinco comidas al día y un lugar donde dormir. Eso estuvo bien”, afirmó. Sin embargo, calificó de “humillante” el hecho de que lo esposaran de manos y pies durante los traslados de la deportación.
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Desde que Donald Trump asumió el poder de la Casa Blanca, expidió una serie de órdenes ejecutivas con las que pretende realizar redadas en su territorio y, de ese modo, expulsar a los migrantes que estén indocumentados.
“Nos reclamaban porque teníamos a los deportados con cadenas. Él (Gustavo Petro) decía que no era forma de tratarlos: (...) son asesinos, capos de la droga y miembros de pandillas”, fue la respuesta de Trump cuando se le cuestionó por las formas en las que eran tratados los deportados.
Andrés reconoció que su situación en Estados Unidos era irregular. Sin embargo, advirtió que las esposas y el trato en la deportación fue inhumano.
“Decir que somos delincuentes por cruzar la frontera puede tener sentido desde su perspectiva, pero llamarnos narcotraficantes o criminales es una generalización injusta”, señaló.
El hombre ahora deberá esperar 10 años si quiere volver a solicitar una visa para ingresar a Estados Unidos. Afirmó que es poco probable que vuelva a intentarlo: “Ya estoy en casa y toca meterle ganas aquí”.
Los vuelos de deportados que han llegado a Colombia
De acuerdo con la Cancillería, el primer vuelo que llegó a Bogotá fue procedente de San Diego, California, trayendo a 110 deportados, “cumpliendo los protocolos establecidos para el retorno digno”.
En la tripulación hubo funcionarios de Migración, de la Coordinación de Asistencia a Connacionales del Ministerio del Exterior y personal médico.
“Esto con el fin de poder garantizar el respeto a los derechos de los ciudadanos y hacer monitoreo médico en caso de ser necesario”, informó la Cancillería.
Después arribó otra aeronave con 91 deportados desde El Paso, Texas.