La semana pasada, el Gobierno nacional dio a conocer los decretos para la ejecución del Estado de Conmoción Interior en la región del Catatumbo. Uno de los decretos más polémicos es el que contempla la figura de expropiación administrativa, con el objetivo de convertir los terrenos en espacios productivos para las familias afectadas por la guerra entre el ELN y las disidencias de las antiguas Farc.
La medida ha generado intensos debates, especialmente porque en Colombia la expropiación sigue siendo un tema controversial. Ante la polémica, el director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), Felipe Harman, aclaró que los predios serán adquiridos de manera voluntaria, descartando la posibilidad de apropiaciones forzosas en esta etapa del proceso.
“Esas fincas que tenemos referenciadas han sido ofertas voluntarias, eso es el primer componente, hoy nosotros vamos a arrancar a adquirir tierras del Catatumbo con ofertas voluntarias, entonces eso es lo primero que hay que aclarar, porque se hacía énfasis de que esto era una expropiación no voluntaria y no es así. Nosotros vamos a arrancar con adquirir tierra que se ha ofertado a la Agencia Nacional de Tierras”, explicó el director.
Las tierras que serán adquiridas, según Harman, le pertenecen a los mismos habitantes de la región que previamente habían ofertado sus predios y que ya concluyeron la etapa de registro de venta del terreno.
El Gobierno busca abordar la crisis desde múltiples frentes, incluido el combate al uso ilegal de la tierra para cultivos ilícitos. Con la adquisición de los predios, confía en establecer mayor control sobre el territorio, distribuyéndolo entre asociaciones campesinas que lo destinen a proyectos productivos sostenibles, ofreciendo así alternativas viables a las economías ilegales.
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En estas hectáreas, aproximadamente 3.500, se levantará el proyecto “fincas de paz”. Para evitar la titulación a actores ilegales o personas que no cumplan los requisitos, los predios serán entregados a las asociaciones campesinas y organizaciones sociales con presencia en el territorio. Estas organizaciones deberán velar porque en las fincas se desarrollen sistemas productivos y funcionen como albergues humanitarios, constituyéndose en espacios territoriales para la defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario.
“Nosotros hoy tenemos alrededor de 5.500 hectáreas previstas, la idea es adquirir alrededor de 3.000 hectáreas, para apalancar los proyectos campesinos en el Catatumbo, pero también van a funcionar como albergues humanitarios en momentos de confrontación, porque la práctica cotidiana de la guerra en el Catatumbo es salir del Catatumbo en el marco de la confrontación, pero volver a su territorio posterior a la guerra. Entonces lo que queremos es que esas fincas sean parte de un sistema nacional de derechos humanos, parte de una revisión integral con garantes internacionales en el marco del Derecho Internacional Humanitario. También fortalecer la capacidad que tienen las organizaciones campesinas de resistir la guerra con albergues propios y que en estas fincas también funcionen actividades productivas asociadas a sostener la capacidad productiva y la transformación productiva del Catatumbo”, añadió el director.
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El Plan Catatumbo también tiene un componente relacionado con la constitución de la Zona de Reserva Campesina “Paz y Unión del Catatumbo”, la cual pasará las próximas semanas en etapa de aprobación por parte del Consejo Directivo de la ANT. Son 59 mil hectáreas de las que se beneficiarán 61 veredas de los municipios de Hacarí, Ábrego, Bucarasica y La Playa de Belén.
“Hay unas líneas de inversión importantes asociadas también a lo que tiene que ver con el bienestar en materia de derechos humanos, a fortalecer los temas de tenencia de la tierra, la vocación productiva del Catatumbo. La Playa de Belén y el municipio del Catatumbo son altamente productores de comida, no solamente el Catatumbo produce coca, hay una capacidad productiva, hay una favorabilidad en materia de la condición de la tierra que es muy importante, es en el caso por ejemplo del Tibú con la palma y el arroz también. Lo que queremos es potenciarlo”, concluyó Harman.