El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una nueva ronda de aranceles, luego de que la semana pasada impuso uno del 25 % para las todas las importaciones de aluminio y acero que ingresen a territorio estadounidense. Esta vez, la medida afectará el sector automotriz.La administración de Trump planea subir el impuesto del 2.5 % vigente a los automóviles importados a Estados Unidos, lo que representaría una nueva inflación en los precios a los carros ligeros y nuevos que lleguen al país norteamericano, cuyo precio se ha disparado hasta un 20 % en los últimos cinco años.Según el mandatario republicano, los impuestos a los carros entrarían en vigor a partir del 2 de abril. En el anuncio de la nueva decisión, el presidente dijo que podrían entrar a regir un día antes, pero coincide con el día de los Inocentes, ”lo habría hecho el 1 de abril, créalo o no, (pero) soy un poco supersticioso”, dijo.El anuncio ocurre cuando los consumidores estaban a la espera de que los precios se estabilizaran en el país, pero el presidente Trump amenaza con aumentarlos nuevamente.El viernes 14 de febrero, el gobierno estadounidense dijo que estos días el foco se encuentra en finalizar detalles de los impuestos al aluminio y al acero que empezarán a regir a partir del 12 de marzo. El próximo paso será definir las nuevas tarifas para los carros pequeños que ingresen al país, como sedanes y todoterrenos. Las camionetas grandes que se importan a Estados Unidos tiene un arancel del 25 % que ha estado vigente desde hace años.Según un estudio realizado por el banco de inversión Benchmark Co, los aranceles que impuso Trump a México y Canadá del 25 % - el cual ambos países lograron aplazar por un mes mientras negociaban - subiría el precio de los carros en Estados Unidos unos 5.790 dólares. En el informe, se explica que el precio promedio final quedará en 54.500 dólares, lo que representa una alza de costos del 12% en comparación con el 2024.Aunque estos aranceles no han entrado en vigencia, se espera que los precios sean aún mayores, sumando el impuesto al aluminio y al cobre, y al próximo que será anunciado para el sector automotriz.Desde su campaña presidencial, Trump prometió controlar la creciente deuda nacional e impulsar trabajos manuales, que habían sido subcontratados a países de bajos salarios como México y China. La solución que eligió el presidente para ambos problemas ha sido imponer aranceles a diferentes sectores, con el fin de obtener más dinero para el gobierno y estimular la producción nacional. Esto representa un alza importante en el costo e vida de los estadounidenses.Países de la Unión Europea y China han afirmado que responderán con las mismas medidas arancelarias las decisiones económicas de Trump. Otros países, como México, han intentado negociar, complaciendo al presidente republicano es diferentes solicitudes para que reconsidere los impuestos.
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