Parqueados unos detrás de otros, 15 motociclistas esperan acopiados sobre un andén el llamado de un pasajero para arrancar. Y no se está hablando de una escena del mototaxismo en Montería, Sincelejo o Barranquilla, donde es más común, sino del nororiente de Medellín, una zona de la ciudad en la que está tomando más fuerza porque facilita la movilidad en sus calles angostas y de difícil acceso para otros vehículos.
Este medio de transporte se ha vuelto la solución a los problemas de movilidad de centenares de habitantes de las comunas 1 (Popular), 2 (Santa Cruz), 3 (Manrique) y 4 (Aranjuez), principalmente después de bajarse del metrocable, porque les permite seguir subiendo casi hasta la puerta de sus viviendas. Sin embargo, no está libre de riesgos por su ilegalidad y porque no cumple normas mínimas para garantizar el servicio a los pasajeros.
Su acopio más grande se encuentra a las afueras de la estación del metrocable de Santo Domingo, pero también se ven grupos más pequeños en las otras tres estaciones que conforman la línea K, que es su principal fuente de usuarios, aunque también hacen transporte en otros puntos del nororiente de la ciudad y hasta, en caso de apuros, llevan a los pasajeros hasta el centro, aunque este recorrido sí les sale mucho más costoso.
EL COLOMBIANO conversó con algunos de estos conductores, quienes explicaron que tienen una carrera mínima, como los taxis, que es de $3.500, y a partir de ahí acuerdan con el pasajero el precio del recorrido, aunque tratando de mantener una tarifa base para no competir con sus otros colegas.
“Acá siempre viene mucha gente pidiendo servicio para que los lleven hasta la parte alta, hasta sus casas, porque les permite llegar mucho más rápido que en un bus o a pie”, comentó uno de los mototaxistas que recorren esta parte de la ciudad.
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Coincidieron con una carrera mínima como base, pero ya al consultarles por otros sectores cada uno manejó valores diferentes. Mientras que uno dijo que desde la estación Santo Domingo hacia el barrio La Cruz, en Manrique, no cobraba menos de $20.000, otro sí lo aceptó por $10.000.
También la flota de motos es diversa. Aunque en su mayoría son de entre 100 y 125 centímetros cúbicos de cilindraje, de las marcas y referencias más comerciales del mercado, también se encuentran motos tipo enduro o de cilindrajes mayores para tener menos inconvenientes por las inclinadas pendientes de la zona.
Así este transporte sea versátil, que les permite a los pasajeros transportarse hacia donde quieran, hay sectores por los cuales tienen limitaciones para circular, ya que otros mototaxistas tienen “el mercado” de la zona.
“Por ejemplo, hacia El Pinar nosotros solo vamos hacia donde están los otros mototaxistas y ahí los recoge otra gente, porque esa es la ruta de ellos”, señaló uno de estos conductores.
Aunque los mejores horarios para este servicio son las horas pico, entre 5:00 a.m. y 7:30 a.m. y de 5:00 a 8:00 p.m., los mototaxistas están las 24 horas en los puntos estratégicos para así garantizar el transporte en la zona, aunque en las noches tiene un costo adicional, teniendo en cuenta que la cantidad de conductores disminuye considerablemente.
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La cantidad de pasajeros es muy variable e influye mucho si es día de pago o si está lloviendo. Uno de los mototaxistas dijo que en un día malo se puede hacer 10 viajes y en uno bueno superar los 30 recorridos. “Esto no es muy estable, varía mucho”, dijo.
Sus ganancias diarias también son variables, pero se pueden hacer entre $60.000 y $180.000, dependiendo de los factores mencionados, por lo que un mes de trabajo puede estar rondando los $2.500.000, de los cuales se deben destinar recursos para la gasolina y el mantenimiento general de esta herramienta de trabajo.
No obstante, este servicio carece de garantías, teniendo en cuenta que muchos de ellos prestan el servicio sin que ni ellos ni sus pasajeros usen casco, tal como se evidenció en el recorrido por las distintas calles de este sector.
El secretario de Movilidad de Medellín, Mateo González Benítez, indicó que “estos son vehículos que no tienen pólizas y muchas veces ni Soat, ni técnico-mecánica, ni licencia de conducción”, todo de acuerdo con los operativos realizados contra esta modalidad de transporte, que no está autorizada por el Ministerio de Transporte.
Y estos operativos ya han generado algunos conflictos entre los mototaxistas y los agentes de la Secretaría de Movilidad de Medellín, como el ocurrido el pasado 12 de febrero en la carrera 46 con la calle 98, en el barrio Campo Valdés, cuando en medio de un procedimiento contra este transporte se registró una asonada contra los uniformados que dejó cuatro lesionados.
En cuanto a estos operativos, los mototaxistas aseguraron que “a veces tenemos problemas con las autoridades, pero esto no es muy frecuente. Pasa más que todo abajo (haciendo referencia a la estación Acevedo), pero nosotros seguimos trabajando”, explicó uno de estos conductores.