Por presiones de EE. UU., Costa Rica y Honduras se suman a la lista de países que recibirán vuelos con deportados

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El primer vuelo con deportados de Estados Unidos de diferentes naciones, entre ellos Uzbekistán, China, Afganistán y Rusia, aterrizó en Costa Rica, país había acordado con el gobierno estadounidense mantener a los migrantes en centros de detención mientras se coordinaba el regresos a sus países de origen.En esta escala, llegaron 135 deportados, de los cuales la mitad eran menores de edad, quienes escaparon en el país luego de su llegada. Este hecho agregó a Costa Rica en la lista de países que sirven como puente de Estados Unidos para albergar migrantes de todas las nacionalidades mientras que son enviados a sus países correspondientes. De la misma manera, Honduras informó el jueves que se unirá a los países donde hacen escala los vuelos de deportaciones provenientes de Estados Unidos, luego de que recibió un avión con migrantes Venezolanos que partió desde la Bahía de Guantánamo. Así, el gobierno de Costa Rica decidió que todos los deportados que lleguen al territorio, serán transportados en autobuses a un centro rural de detención, ubicado a mediaciones de la frontera con Panamá, donde pasarán retenidos hasta seis semanas para ser enviados en vuelos a sus países de origen, según el viceministro de Interior y Policía de Costa Rica, Omer Badilla.Este acuerdo se llevó a cabo luego de la visita de Marco Rubio, quien viajó al país centroamericano en su primer gira como secretario de Estado de Estados Unidos. El presidente Donald Trump, desde su vuelta a la Casa Blanca, había estado presionando a los países de que se unieran a su política migratoria, hasta amenazó con imponer aranceles o sanciones.El presidente costarricense, Rodrigo Chaves, mostró su compromiso al afirmar a la prensa el miércoles que su país está dispuesto a colaborar con su “hermano económicamente poderoso del norte”.Esta semana, Panamá fue el primer país es recibir un vuelo de este tipo, en el cual llegaron 299 deportados, la mayoría de origen asiático, quienes permanecen retenidos en un hotel de Ciudad de Panamá y no se les permite su salida hasta que la administración adecue los vuelos que los llevarán a sus naciones correspondientes.El gobierno panameño aseguró que las personas estaban recibiendo atención médica y que realmente no estaban retenidos, pero el hotel estuvo custodiado por policías. La mitad de los migrantes no aceptaron volver a sus países, y algunos de ellos se les vio en las ventanas del edificio con carteles que pedían “ayuda” porque en sus naciones “no estamos a salvo”, se leía.Quienes se negaron voluntariamente a ser deportados, fueron enviados el pasado miércoles a un campamento remoto en la provincia de Darién, los que aceptaron regresar a sus países siguen a la espera de vuelos comerciales.“Hemos descartado la posibilidad de un hotel, precisamente para evitar una situación similar a la de Panamá”, dijo Badilla a la AP. Por su parte, Honduras recibió un vuelo con 170 deportados venezolanos y en cuestión de horas fueron enviados al país latinoamericano. Un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras manifestó que no se trataba de un acuerdo de rutina, pero que el país está dispuesto a ayudar a que los vuelos hagan escala en el territorio.En todos estos procesos de deportaciones, Estados Unidos asume los costos de los vuelos y de retener a los migrantes hasta que lleguen a sus países.

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