Exclusivo: Los detalles de la acusación a Benedetti, el hombre más poderoso del Gobierno, por tráfico de influencias

Lotería Chontico

Siendo ministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez llamó a su oficina en la Casa de Nariño a Bernardo Miguel Elías, Musa Besaile Fayad, Armando Benedetti, y Elsa Miyera Pinzón. La reunión ocurrió el 6 de octubre de 2014 y tuvo un solo propósito: notificarles a los senadores del Partido de La U y a Pinzón, (entonces funcionaria de la Unidad de Trabajo Legislativo de Benedetti) que el Gobierno Santos había decidido entregarles el Fondo Nacional de Proyectos de Desarrollo (FONADE).

Esto era un premio a la victoria en las elecciones de ese año, en las que Santos se reeligió en segunda vuelta por una mínima diferencia y luego de haber perdido en primera frente a Óscar Iván Zuluaga, el candidato del uribismo.

Así empieza la ponencia de los magistrados de la Sala de Instrucción en la Corte Suprema de Justicia, Cristina Lombana y César Augusto Reyes, que concluyó en la decisión de acusar por tráfico de influencias al hoy jefe de Despacho del presidente Gustavo Petro y el hombre más poderoso del Gobierno.

Aunque la historia de Fonade es conocida y emblemática como uno de los grandes casos de corrupción en la historia reciente del país, el documento de la Corte da detalles que vuelven a la forma en la que se manejó la burocracia en la administración del expresidente Santos y que tiene hoy en dificultades a Benedetti, pese a haberle ganado una batalla a siete ministros, una poderosa jefe del Dapre (su ex asesora) y a las mayores exponentes del feminismo en la opinión pública.

El Fonade era una entidad que se encargaba de manejar recursos centrales para contratar proyectos de infraestructura en todo el país. Pasaban por carreteras, estadios, saneamiento básico y obras en general. En 2014, fue entregado al Ñoño Elías y Musa Besaile, dos congresistas cordobeses, amos y señores del departamento, y condenados por el Cartel de la Toga, Odebrecht y este último en el que ahora implican a Benedetti.

Los ñoños, como se les conoce localmente, se hicieron extremadamente poderosos en los dos gobiernos de Santos, porque sus votos en Sahagún y Córdoba en general cobraron especial relevancia para ganar elecciones.

Tan importantes y aclamados eran políticamente, que el 3 de junio de 2016, ad portas de firmar la paz con las FARC, el propio expresidente viajó a Sahagún a inaugurar el Estadio de Fútbol Armando Tuirán Paternina, una obra de Elías. Ese contrato fue hecho con recursos del Fonade.

De ese evento existen varias fotografías en las que está Santos junto al Ñoño sonriendo y siendo aplaudido por los sahaguneneses que usaban camisetas en promoción a la paz.

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En el documento que resolvió la acusación a Benedetti, conocido en exclusiva por EL COLOMBIANO, Elías y Besaile explicaron el origen de esa burocracia.

“Bernardo Miguel Elías, ex senador de la República y miembro del Partido de La U, en diligencia del 31 de mayo de 2022, refirió cómo el partido en el cuál militaba y del que hacía parte también el investigado Benedetti Villaneda, tuvo gran influencia en el Fonade. Al respecto, indicó que para las elecciones de 2014, a cambio de apoyar la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos, obtuvieron el manejo de la referida entidad, junto con el Fondo Nacional del Ahorro y la Escuela Superior de Administración Pública, decisión que les comunicó Néstor Humberto Martínez, quien para el momento se desempeñaba como ministro de la Presidencia (SIC)”, dice el párrafo.

Años después de ese episodio, Elías tuvo que pasar varios años en la cárcel por el caso Odebrecht, en el que habló de las reuniones que mantenía con Luis Fernando Andrade, de la Agencia Nacional de Infraestructura, para cuadrar Otrosíes y contratos a los consorcios de la empresa brasileña.

Pagó su pena y luego recibió una condena anticipada por el caso Fonade, tras aceptar todos los cargos y colaborar con la justicia. Su testimonio, expuesto en el documento de la Corte, no está aislado.

En un cuadro de las visitas a Palacio aparece la fecha exacta en la que Martínez tuvo la reunión en su despacho para oficializar la burocracia y la entrega del Fonade. “Bernardo Miguel Elías 15:38; Musa Besaile Fayad 16:11; Armando Alberto Benedetti Villaneda 16:16; Elsy Mireya Pinzón Barrera 16:24”, se lee en la tabla.

Todas las visitas fueron el 6 de octubre de 2014 en la misma hora a la oficina de Martínez, que después fue ternado por Santos y elegido fiscal general de la Nación.

Los tres senadores estuvieron acompañados de Mireya Pinzón, un nombre que se repite en el documento. Pinzón era una asesora de la Unidad de Trabajo Legislativo de Benedetti y esa no fue la única reunión en la que estuvo como delegada del entonces senador.

El documento expone a partir de los testimonios de Musa y Elías cómo, luego de esa reunión en la Casa de Nariño, La U escogió una terna suya para que el Gobierno eligiera al director del Fonade. El escogido fue Ariel Alfonso Aduén. La hoja de vida de Aduén fue llevada por el propio Benedetti a Palacio, de acuerdo con la Corte. En ese capítulo entra otro nombre.

Se trata de Jorge Iván Henao, que es el testigo clave en la investigación para la acusación contra Benedetti. Fue su declaración la que hizo que los magistrados decidieran en la Sala Plena que el jefe de Despacho debía ser acusado por tráfico de influencias.

Henao le dijo a la magistrada Lombana que había sido amigo de la infancia del Ñoño Elías y que, una vez ganaron las elecciones de 2014 con el presidente Juan Manuel Santos, este buscó al Ñoño para que le ayudara con un cargo en Fonade.

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“Sostuvo ante esta sala bajo la gravedad de juramento que era oriundo de Sahagún-Córdoba, así como amigo personal de Bernardo Miguel Elías Vidal desde sus años de adolescencia y que, como ingeniero civil, le solicitó a su amigo Elías Vidal que le ayudara a conseguir una oportunidad laboral, lo que finalmente se concretó en el Fonade, donde él tenía injerencia en razón de habérsele entregado burocráticamente tal entidad, junto a otros congresistas, en contraprestación del apoyo a la campaña del, a la postre, presidente Juan Manuel Santos”.

En ese momento, la Unidad Nacional, de la que hacían parte Benedetti y los ñoños, era una enorme maquinaria política que contaba con recursos, el poder del Gobierno y prácticamente una visión homogénea en las instituciones de las otras ramas que se alinearon con el propósito de firmar la paz con las Farc.

El Fonade fue solo una de las entidades que se les entregó a los congresistas como mecanismo burocrático para que los proyectos del ejecutivo pasaran en el Congreso y como pago luego de ganar los votos para las elecciones que por poco pierde Santos en primera vuelta.

El asesor Henao no solo fue contratado en el Fonade, sino que pasó entonces a convertirse en el enlace con el Congreso de esa institución. En esos términos se lo explicó el otro senador cordobés, Musa Besaile, a la justicia.

“En las posiciones importantes en el Gobierno, llámese ministerios, viceministerios, directores de institutos o posiciones de relevancia, siempre existe un enlace entre esas entidades y el Congreso. Este enlace es el que hace el lobby en el Congreso... entonces Jorge Iván Henao llega como enlace del Fonade con el Congreso”, afirmó Besaile.

Como Fonade había sido entregado a los ñoños y Benedetti, y Henao era el enlace con el Congreso, el entonces senador usó su poder y su cargo para solicitarle a Henao que “se buscara un espacio” para una contratación con una empresa que él recomendó.

Según la Corte, Henao realizó una visita al Congreso a la oficina del Ñoño en 2016 y en ese momento este se lo presentó a Benedetti, que le habló inmediatamente de la necesidad de buscar un contrato a la empresa Certicámara.

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“Un diálogo como de presentación, al final Benedetti Villaneda me dice que por favor le ayude con una empresa, a ver, si se le puede generar un espacio en una contratación de la entidad... que Certicámara... es una empresa buena, que es una empresa fuerte, que puede hacer las cosas bien y que por favor trate de buscarle un espacio en la entidad”, aseveró el testigo.

Luego de esa petición, Henao hizo lo propio y llamó a un funcionario de Fonade de nombre Héctor Amar para “darle la instrucción” y buscar el espacio.

El Fonade entonces inició un proceso de contratación para la identificación y digitalización de más de cinco millones de folios que era necesario en el objetivo de tener la información al día de todos los datos de la entidad.

Se hicieron estudios previos, se garantizó la disponibilidad de los recursos y se abrió el paso a paso contractual.

El 01 de agosto de 2017, luego de varios trámites y modificaciones que habrían beneficiado a la empresa recomendada de Benedetti, el Fonade entregó el contrato de 741 millones de pesos a Certícamara para la digitialización de los folios. Después se consideró que para poder finalizar el contrato se necesitaba un adición del 52 % al valor inicial.

La Corte encontró que en medio de la estructuración y entrega del contrato a Certícamara, en las oficinas de los altos ejecutivos del Fonade estuvo en varias oportunidades Mireya Pinzón, la asesora de Benedetti en el Congreso y quien lo acompañó a la reunión en Palacio con Néstor Humberto Martínez.

Allí también hizo presencia Juan Carlos Santofimio Vengoechea, un empresario que representaba a Certicámara. Pero Santofimio Vengoechea no solo visitó Fonade.

El 30 de agosto de 2016 y el 28 de junio de 2017 Santofimio Vengoechea hizo dos visitas al Congreso. Ambas fueron autorizadas por Armando Benedetti. Además, la Corte también halló que en la estructuración del contrato hubo llamadas entre los números de Benedetti, Pinzón, Santofimio, y Henao, el enlace del Fonade con los congresistas.

Con estas pruebas la Sala decidió acusar a Benedetti por tráfico de influencias, en razón de que Henao, quien también fue condenado por estos hechos y colaboró con la justicia, delató esa solicitud del senador y hoy hombre fuerte del presidente Gustavo Petro.

Pero la acusación inicial también buscaba llevar a Benedetti a juicio por interés indebido en la celebración de contratos en los mismos hechos. Sin embargo, varios magistrados de la Sala de Instrucción no estuvieron de acuerdo con ese delito porque no se pudo probar en la investigación cuál era el interés ilegal de senador y tampoco se pidió el testimonio de Pinzón, la asesora de Benedetti, ni de Juan Carlos Santofimio, el lobista de Certicámara.

El tema desató un tremendo debate jurídico entre los magistrados Reyes y Lombana, que han estado tradicionalmente enfrentados por el desarrollo de varias investigaciones, incluyendo el caso Uribe. Aunque la ponencia inicial para acusar a Benedetti era de Lombana, la falta de unanimidad en la sala hizo que Reyes tuviera que recoger todos los argumentos y fijar la posición de acusar al jefe de Despacho únicamente por tráfico de influencias.

Benedetti se ha defendido argumentando que se trata de una persecución de Lombana, que hubo falta de garantías a su defensa y que no se le dio la oportunidad de preparar la contrastación de varias pruebas.

Como en este caso por corrupción, hay avances en otas investigaciones que tienen que ver con enriquecimiento ilícitos y otras gestiones mientras que el poderoso jefe de Presidencia era el director del Partido de La U y coordinaba las aprobaciones más importantes de los proyectos de paz para el expresidente Santos. Si bien Benedetti fue aislado del Gobierno al inicio de la administración y enviado a Venezuela y a Italia a costosas embajadas, varios analistas políticos coinciden en que el ganador de la reciente crisis de gabinete fue él.

El presidente decidió sacrificar a ministros que estaban haciendo un papel resaltable como Susana Muhamad, pidió la renuncia a todo su equipo y defendió a capa y espada a su asesor ratificándolo en el cargo.

El jefe de Despacho ahora tiene una guerra interna con Augusto Rodríguez, uno de los hombres más cercanos a Petro y quien tiene miles de hombres en armas a su mando en la Unidad Nacional de Protección. Este acusó al ex senador de ser un puente del contrabandista Diego Marín, alias Pitufo, sin ninguna prueba.

En cualquier caso, Benedetti es hoy el hombre más poderoso del Gobierno, quien fija la línea de Presidencia y hace acuerdos con los congresistas (ya tuvo tres reuniones con partidos). Además, será clave en la campaña del Pacto Histórico para buscar mantener el poder en 2026, tal como lo fue en 2022 incluso llegando a ser jefe de debate de Petro y coordinando toda su agenda junto a Laura Sarabia.

Mientras eso ocurre, Armando Benedetti tendrá que defenderse en la Corte por el juicio que inicia tras su intermediación para que el FONADE, que le entregaron a él y a los Ñoños, le asignara un contrato a una empresa de su recomendación usando su influencia como congresista.

La mejor definición de la historia complicada de Benedetti con el poder, las mujeres y sus subordinados, la dio el presidente Petro al cierre del fallido consejo de ministros. “La única razón por la que está al lado mí es que tiene una especie de virtud y es que está loco. La locura puede hacer revoluciones”, dijo el jefe de Estado.

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