Los Comandos de Frontera –la facción disidente que se separó de Iván Márquez– manifestó su compromiso de continuar en los diálogos de paz con el Gobierno pese a la captura de su máximo líder, Geovany Andrés Rojas, alias Araña quien es pedido en proceso de extradición.
“Corroboramos nuestra responsabilidad con la paz en los territorios donde hacemos presencia, para el cumplimiento e implementación de lo acordado con el gobierno nacional y avanzar en los temas que siguen en la agenda”, señaló el grupo disidente en un comunicado.
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“Araña” es uno de los máximos comandantes de esa disidencia y fue detenido en la noche del pasado 12 de febrero en el hotel Courtyard Marriot de Bogotá. El cabecilla fungía como negociador en la mesa de paz con el Gobierno cuando fue aprehendido por el CTI de la Fiscalía: en su contra pesa un pedido de extradición de Estados Unidos por narcotráfico.
En la noche de este 21 de febrero se conoció que el cabecilla disidente fue trasladado desde el búnker de la Fiscalía hasta la cárcel La Picota. Estará internado en un pabellón de máxima seguridad mientras se resuelve su situación jurídica.
Los ilegales afirmaron que la detención de su cabecilla supuso un “duro golpe” para sus estructuras pero que, aún así, continuarán confiando en el proceso de diálogo.
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De acuerdo con la Fiscalía, araña es requerido por la Corte del Distrito Sur de California, Estados Unidos, por cargos relacionados con el tráfico de estupefacientes.
Durante el tercer ciclo de la negociación –que ocurrió entre el 10, 11 y 12 de febrero– se habían logrado acuerdos en materia de transformaciones territoriales, garantías de seguridad y marco judicial para la paz total.
El pronunciamiento de los ilegales ocurre en un momento clave. Este domingo las comunidades del Putumayo acudirán a las urnas para elegir a su próximo gobernador en unas elecciones atípicas. Ese departamento, precisamente, es una zona donde los Comandos de Forntera tienen consolidado su poder criminal: afirmaron que no interferirán en el proceso electoral.