En 1997, una canción de la agrupación venezolana Desorden Público tenía un estribillo que decía en tono jocoso: “Qué santifiquen a José Gregorio…”, el cual actúa como una pequeña muestra de la importancia que tiene el hombre, recordado como “el médico de los pobres”, para la religión y la cultura popular del país caribeño.
Casi 30 años después, en medio de su convalecencia en el hospital Policlínico Gemelli, el papa Francisco le dio por fin luces al clamor, que dejó de ser un sueño con la beatificación en 2021. Así las cosas, José Gregorio Hernández deja de ser uno de los cuatro beatos de Venezuela, para convertirse en el primer integrante del santoral propio.
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El anuncio de la canonización se produjo a través de un comunicado, publicado por la Santa Sede, a raíz de una audiencia concedida al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y a monseñor Edgar Peña Parra, sustituto de Venezuela para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.
Este nuevo paso se produce gracias a la aprobación del papa a los votos favorables, emitidos durante la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos miembros del Dicasterio para las Causas de los Santos, en cuanto a la santidad de José Gregorio y del beato italiano Bartolo Longo.
Desde la iglesia católica en Venezuela celebraron la determinación del sumo pontífice.
El día esperado ha llegado. El papa Francisco ha firmado el decreto de canonización de nuestro beato José Gregorio Hernández. Ya podemos llamarlo San José Gregorio Hernández.
Que el Señor y la Virgen nos bendigan. pic.twitter.com/cFf6TWyVWt
— Cardenal, Baltazar Enrique Porras Cardozo (@bepocar) February 25, 2025
¿Quién fue José Gregorio Hernández el primer santo de Venezuela?
José Gregorio Hernández, conocido como “el médico de los pobres”, se comprometió a ayudar a los más necesitados desde que ingresó en la Tercera Orden Regular de San Francisco, como reseña Vatican News.
Aunque intentó unirse a un monasterio en Italia, tuvo que regresar a Caracas por problemas de salud. Posteriormente, se preparó para el sacerdocio, pero debido a enfermedades, decidió dedicarse por completo a la medicina y ayudar a los pobres en su tierra natal.
En junio de 1919, José Gregorio Hernández fue atropellado por un coche al salir de una farmacia en Caracas, donde había comprado medicinas para un paciente anciano. Falleció en el hospital poco después. En 2021, fue proclamado beato y sus restos se veneran en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Caracas.
Su legado sigue vivo en la devoción de muchos venezolanos y también en otros países de Latinoamérica, como Colombia, donde se le reza con la esperanza de curar enfermedades graves. De acuerdo con BBC, al santo venezolano se le reconoce por su aporte a la investigación científica, como pionero en campos como la bacteriología, a través de la introducción del microscopio.