Alertan por peligrosos ‘cocteles’ con opioides, fentanilo y medicamentos de control en Antioquia

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“Vamos perdiendo la pelea en este sentido, la preponderancia del consumo de cocaína sobre las otras sustancias psicoactivas es notoria. Más de 517 de las 893 hospitalizaciones de 2024 por esta razón fueron por consumo de cocaína, está por encima de cualquier otra”. Estas palabras de alerta las dijo Carlos Ignacio Cuervo, gerente de la E.S.E. Hospital Carisma, ante los diputados de la Asamblea de Antioquia, donde se puso de manifiesto, una vez más, el preocupante panorama por causa del consumo problemático de sustancias psicoactivas en el departamento.

En esa institución de salud se reportaron 10.067 atenciones el año pasado, de las cuales 2.846 correspondieron a consulta de primera vez y seguimiento del área de toxicología, 1.470 a consultas especializadas en adicciones y farmacodependencia para los pacientes adictos y las demás a psiquiatría, atención psicológica especializada y trabajo social.

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Y de los casos que requirieron una hospitalización, según lo señalado por el gerente, casi el 60% estuvieron relacionados con consumo de cocaína. El segundo lugar en hospitalizaciones lo ocupó el consumo de cannabis, a la cual le están incorporando otras sustancias, lo que está generando un deterioro cognitivo importante en los pacientes y también genera alerta.

Aunque estos casos se refieren solo a los de Carisma, el panorama en el departamento, así no sea exclusivo del país, genera preocupación en las autoridades de salud. Ana María Gómez, directora general de la Escuela contra la Drogadicción, reveló algunos hallazgos del último reporte construido con base en la información del Sistema de Alertas Tempranas (SAT) Nodo Antioquia, una red que funciona en articulación entre la Gobernación, la Policía, la Fiscalía y Medicina Legal y que tiene como fin mitigar y reducir el impacto de las drogas emergentes o nuevas sustancias psicoactivas.

De acuerdo con la funcionaria, uno de los hallazgos es que la mayoría de las muestras de sustancias identificadas contenía cocaína, con el 64,3% de los casos, seguido de fentanilo (5,2%), ketamina (4,7%) y clonazepam (4,5%), entre otras.

Aunque la cocaína no es la sustancia de mayor consumo, en parte por su costo, sí es la que en Carisma y otros lugares tiene una de las incidencias más altas en términos de atención y el alto número de casos que requieren hospitalización está permeado por las mismas características de esta sustancia.

William Andrés Echavarría, experto en el tema y exgerente de Carisma en el periodo pasado, dijo a EL COLOMBIANO que esta es una sustancia estimulante, excitativa, que da un golpe de alta actividad, pero que tiene una caída muy rápida, en unos 15 o 20 minutos. Y esto hace que la persona quiera consumir de nuevo una y otra vez, lo que aumenta los riesgos de adicción, de consumos elevados.

“Los que normalmente llegan a tratamiento en Carisma por cocaína entran después de que tienen un periodo o una condición de sobredosis y han tenido cualquier cantidad de descompensaciones, sobre todo a nivel cardíaco. Entonces, se ven obligados a meterse a una desintoxicación y después a un proceso de estabilización física, netamente basados en otras sustancias que se les dan a nivel médico para poder ganar la deshabituación”, dijo el psicólogo Echavarría.

Por su lado, el gerente Cuervo indicó que en Carisma tienen dos modalidades de hospitalización. Una primera que es de internación nocturna, que dura 30 días con tratamiento, y otra que es posterior, de internación diurna, en la que deben estar 20 días. El año pasado, tuvieron una caída en la adhesión al tratamiento en la hospitalización de noche, debido a que algunos pacientes decidieron desertar y la institución no puede tenerlos allí en contra de su voluntad.

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Justamente, un factor importante con la adicción al consumo es que es considerada una condición crónica, es decir, que no se cura, sino que se controla durante toda la vida. Según los especialistas, cuando una persona ha tenido un episodio de abuso de consumo de sustancias psicoactivas es posible rehabilitarse, pero siempre va a estar latente el riesgo, por diversos factores desencadenantes, de que se presente una recaída, por lo cual es importante el proceso de desintoxicación y, cuando culmine con éxito, debe tener comportamientos protectores para no caer de nuevo en el consumo.

Pero en todo esto hay un agravante: el altísimo nivel de contaminación de la cocaína que se vende y se consume hoy en día. De acuerdo con Echavarría, podría catalogarse la composición del llamado “perico”, por ejemplo, en un 90% como basura y en un 10% como pura, una realidad que permea el mercado ilegal y en el que a los consumidores terminan engañándolos, adicional al daño físico y cognitivo que provoca el consumo.

Las sustancias adicionadas varían de acuerdo al deseo del traficante; aunque normalmente son benzodiazepinas pulverizadas, también hay casos en los que buscan aumentar el volumen, por lo cual mezclan harina o hasta ripio de ladrillo.

La mala calidad de la droga genera no solamente los problemas propios que una cocaína como estimulante puede causar (en el escenario de un consumo que no llegue a sobredosis), sino también otra gran cantidad de efectos que traen las mezclas con otros elementos como productos veterinarios, analgésicos y barbitúricos.

“El problema es que ya en el mercado se encuentran distintos tipos de contaminantes, como por ejemplo el tusi, un tipo de contaminación de la cocaína, que la revuelven con otros productos, hasta con colorantes para que quede rosado. Ese es muy frecuente en el Parque Lleras, en las fiestas, en los after parties, etcétera, pero es cocaína alterada con productos benzodiazepinas y con colorantes para poderla vender o ser más fácil de mercadear. Obviamente que también ocasiona cualquier cantidad de afecciones, tanto a nivel cardíaco como a nivel cognitivo y del sistema nervioso”, dijo Echavarría.

Una de las preocupaciones en este momento está dada por la gran cantidad de mezclas que están haciendo los jóvenes, señaló la directora de la Escuela contra la Drogadicción. “Encontramos los que llaman ahora los jóvenes unos cocteles, que están con opioides, con fentanilo, con medicamentos de control. Entonces estamos en un panorama bastante complejo del consumo de sustancias psicoactivas”, manifestó la funcionaria.

De hecho, según el informe construidos con datos del Sistema de Alertas Tempranas Nodo Antioquia, el 9,3% de las muestras analizadas en el segundo semestre de 2023 eran mezclas entre sustancias y la mayoría contenía ketamina.

Tal como lo explicó el doctor Cuervo, Echavarría recalcó que el cannabis actual puede tener hasta 17 veces más potencia en componentes psicodélicos que la que se distribuía hace 30 o 40 décadas atrás. “La marihuana la han venido alterando a través de cultivos hidropónicos, entonces le sacan mayor fuerza al THC, que es el componente activo”, sostuvo el especialista.

Y esto no es un dato menor, no solo porque la marihuana sigue siendo la sustancia de mayor consumo, por su costo, porque tiene una percepción de menor riesgo y por temas como la dosis personal, sino porque es una de las de inicio de consumo para niños, niñas y adolescentes.

En las cifras de 2024 del Sistema Integral de Vigilancia Epidemiológica (Sivespa), presentadas por la directora Gómez y que cobijan a 90 de los 125 municipios de Antioquia, la marihuana quedó como la de mayor incidencia en el inicio del consumo, con 922 de 2.779 reportes analizados, seguida del alcohol (850) y el tabaco (636). La cocaína ocupó el cuarto lugar, con 179 hechos.

Entre las causas asociadas al consumo de drogas en el departamento, según los registros del Sivespa, que entregan en tiempo real instituciones como colegios y hospitales, están problemas médicos (55,5 %), problemas familiares o sociales (18,3%), psicólogicos (10,2%), de empleo y sustento (2,2%) y legales (0,18%). En un 13,5% no se reporta ninguna causa específica asociada.

También, según el Sivespa, en 2024 el mayor rango de edad de consumo en esos 90 municipios fue entre los 29 y los 59 años (1.248 de los 2.779 reportes), seguido del rango 18-28 (853 casos). El 68,59% de los consumos fueron en hombres y el 31,2%, en mujeres, de las cuales en 121 casos eran madres gestantes, lo que desemboca, según la sustancia y el tiempo de consumo, en que el bebé nazca con adicción y deba ser tratado desde su primer día de vida.

Por su lado, en las atenciones que brindó Carisma el año pasado, los jóvenes y los adultos jóvenes (1.604 casos en total) tuvieron la mayor prevalencia. Pero, según el gerente Cuervo, viene en aumento el consumo entre los 46 y los 60 años (508), así como por encima de los 60 años (541); “probablemente no sea la cocaína (la sustancia que consumen en estas últimas edades), pero sí otro tipo como hipnóticos, benzodiacepinas, etc., que hay que ponerle un cuidado importante”, agregó.

De cualquier forma, la población menor de edad sigue representando una preocupación significativa, en tanto que está expuesta a múltiples factores de riesgo que llevan a que inicien el consumo. Cuervo sostuvo que en casi el 40% de los casos, la iniciación se da por curiosidad, pero muchas veces terminan en adicciones de 5, 10 o 15 años que luego los obligan a ser tratados.

Este grado de vulnerabilidad se expresa también en que los más jóvenes pueden conocer cuáles drogas consumir y cómo hacerlo, pero muchas veces desconocen los daños que estas les generan.

Por ello, una de las tres investigaciones que tiene en marcha la Escuela contra la Drogadicción es sobre la percepción que tienen los jóvenes frente al consumo de sustancias psicoactivas. Con los resultados buscan construir y ejecutar estrategias de educación y prevención en los municipios.

Para Cuervo, es fundamental el factor de la promoción y la prevención en todos los entornos, de modo que se blinden de acciones protectoras. Y dijo que la educación es crucial, puesto que entre los pacientes atendidos en la entidad la mayor cantidad se concentra en el grado de escolaridad de primaria (1.060 casos), media académica (987) y secundaria (409). “Es importante que los niños estén estudiando o divirtiéndose o aprovechando el tiempo libre con deporte y lúdica y que no estén en la calle expuestos”, anotó el gerente de la E.S.E.

Una de las propuestas que han revisado desde Carisma recientemente con los ministerios de Justicia y de Salud es que de los recursos de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), producto de las incautaciones de bienes a narcos, por lo menos un 30% se destine a acciones de prevención contra el consumo de sustancias psicoactivas en el país. “El gobierno quedó sensibilizado sobre esta solicitud para salvar a los jóvenes de las garras de las drogas”, concluyó el gerente.Además puede leer: Preocupante: informe reveló que Antioquia es el tercer departamento con más consumo de drogas en entornos escolares

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