Una reciente entrevista que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dio a El País de España, ha despertado preocupación por las autocríticas sobre su gestión y el alcance de su proyecto de “cambio”.
“Fallé al creer que podía hacer una revolución gobernando”, afirmó el mandatario colombiano, reconociendo que las ideas de transformación que propuso desde su campaña no se han desarrollado como lo esperaba.
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Desde su llegada al poder en 2022, Petro planteó un modelo de gobierno basado en reformas en salud, educación, justicia social y medio ambiente, sin embargo, estas han tenido resistencia en la ciudadanía y en el Congreso, pues para muchos no se basan en la realidad del país.
“La política no ha sido suficiente para materializar los cambios estructurales”, afirmó Petro, quien ha insistido en que el país requiere una “movilización social” que respalde sus reformas. Su Gobierno ha enfrentado derrotas legislativas que eran puntos clave y duras críticas debido a la falta de consensos, lo que según él ha generado desilusión incluso entre sus seguidores. Y es que el Gobierno ha sido muy pando a la hora de ejecutar, otra de las razones para entender el fracaso.
Incluso, el mismo presidente se declaró infeliz con la labor que ha desarrollado como guía político del país. “Esto es de una infelicidad absoluta. Es un sacrificio. Me aislé”, dijo Petro.
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Cuando le preguntaron por las dificultades de su mandato y en qué creía que había fallado, Petro afirmó que su error había sido “creer mucho en la gente que me rodea”, agregando que el ejercicio de gobernar es muy diferente a lo que se podría desde el ejercicio ciudadano, “una revolución”, la cual considera que aún es necesaria.
Petro además habló sobre su familia y la difícil situación que ha tenido que afrontar personalmente al llegar a la Casa de Nariño. “Lo primero que trataron de destruir fue a mi familia. Quisieron destruir los lazos sentimentales porque un hombre sin lazos sentimentales se vuelve duro, malo, y yerra”, además confesó que no le gusta vivir en el palacio presidencial, considera que está “lleno de fantasmas”.
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El presidente también se refirió al caso de su hijo, Nicolás Petro Burgos, quien hoy está siendo investigado por presunto lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Ante la pregunta sobre su hijo, Petro aseguró que había sido error suyo no proteger a su familia ni “mantenerla unida”, como le dijo en algún momento su homólogo Luis Ignacio Lula da Silva. “Lula me dijo que, cuando fuese presidente, lo primero que tenía que hacer es reunir a la familia. Ese fue un buen consejo al que no presté mucha atención”.
Respecto al caso que atraviesa su hijo en la Fiscalía, el mandatario aseguró que Nicolás Petro había cometido un error “indudablemente”, sin embargo, agregó que “lo han castigado más allá, con el fin de que se vaya contra su padre”.
A pesar de todas esas dificultades, Petro insistió en que su visión de un cambio estructural sigue en pie y esperará hacer lo más que pueda por llevarlas a cabo a través de un cambio en las instituciones. “El poder real está en otra parte”, dijo, señalando que las estructuras tradicionales son las que han frenado su proyecto de “transformación”.
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