Dos homicidios de personas provenientes de la Costa Atlántica en menos de un mes en Medellín y que en ambos hechos haya alguna relación, directa o indirecta con Barranquilla, estarían dejando en evidencia los vínculos de organizaciones criminales de la capital antioqueña con la del Atlántico. Sin embargo, hasta el momento las autoridades no han oficializado alguna relación de estos casos con estructuras de Medellín.
El caso más reciente es el de Néstor Manuel Peña Chávez, alias El Corroncho, a quien asesinaron el pasado viernes en la entrada de una edificación del barrio San Bernardo, en la comuna 16 (Belén), de Medellín, donde dos hombres armados le dispararon apenas lo vieron pasar camino a su vivienda, ocasionándole la muerte en el sitio.
La particularidad de este hombre es que era una de las personas más buscadas por el delito de hurto en Barranquilla, aunque desde hacía dos años se había radicado en Medellín para evadir el accionar de las autoridades y de sus enemigos, quienes finalmente lo habrían encontrado para acabar con su vida.
El comandante de la Policía Metropolitana, general William Castaño Ramos, explicó que “estaba radicado en la ciudad y eventualmente se trasladaba a Barranquilla para cometer los hurtos y después regresaba a Medellín”.
A este caso se le suma el crimen de Zaida Andrea Sánchez Polanco, alias La Diabla, a quien mataron el pasado 22 de enero en la entrada de un hotel del barrio El Naranjal, comuna 11 (Laureles-Estadio).
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Sus dos homicidas, luego de abandonar la motocicleta en la que perpetraron el crimen en las afueras de la Biblioteca Pública Piloto, abordaron un vehículo hacia Barranquilla.
En esta ciudad del norte del país las autoridades capturaron a los hermanos venezolanos José Gregorio y Estarlin Oswaldo Mogardo Herrera, quienes habrían sido captados por cámaras de seguridad en el sitio del asesinato de esta mujer, a quien se le estaba investigando por la masacre de una familia religiosa en Aguachica, Cesar, y por el asesinato de su compañero sentimental en El Banco, Magdalena.
La expansión de las estructuras criminales oriundas de Medellín llegó a esta ciudad, ubicada a 751 kilómetros de distancia y que ha sido una de las de mayor transformación económica y social del país en los últimos años.
El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, explicó que hay bandas que tienen tentáculos y que ya establecieron negocios en otras regiones del país porque “el crimen acá es organizado y si alguien llegara a cometer un delito busca esconderse allá o si lo cometen allá pueden llegar a hacerlo acá”.
Una de las estructuras que tendría presencia en Barranquilla sería el Grupo Delincuencial Organizado (GDO) Robledo, que a través de las bandas El Coco, Los Pesebreros y El Diamante tendrían negocios con otras organizaciones de esta ciudad.
Pero no serían los únicos, puesto que también estarían Los Mondongueros, Los Machacos, Caicedo y la línea de La Oficina de alias Douglas, quienes estarían buscando incrementar su negocio criminal mediante el microtráfico, el pagadiario, las extorsiones y los homicidios selectivos.
No se puede dejar atrás al Clan del Golfo, aunque la operación de este grupo contrainsurgente estaría enfocado en otros territorios rurales del Atlántico, aunque en zona urbana de Barranquilla se han registrado capturas de algunos de sus integrantes.
Hasta el momento las autoridades no establecen plenamente que ambos homicidios fueran perpetrados mediante los vínculos mencionados y todo se habría tratado de una persecución a las víctimas de estos crímenes.
Por el lado de Peña Chávez, las primeras indagaciones darían cuenta de que todo se trataría de una retaliación del Clan Vega Cuello, un grupo familiar vinculado con el crimen organizado en Barranquilla desde la década del 70 y que habría trabajado para Pablo Escobar y el Cartel de Cali en esta parte del país.
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Sin embargo, en los dos últimos años asesinaron a siete integrantes de esta familia y por varios de estos hechos le habrían echado la culpa a El Corroncho, ya que se le atribuye un acto de traición que habría permitido el accionar de los enemigos de esta familia.
Según reportes judiciales, su información sería clave para el asesinato de Kike, Ray Jesús y Ronald Iván Vega en una casa del barrio Villa Campestre, mientras que el patriarca de esta generación, Roberto Carlos, fue capturado en Valencia, España, al parecer, luego de información suministrada por El Corroncho.
Lo que concierne al crimen de alias La Diabla, en las últimas horas trascendió que los homicidas la habrían perseguido por varias regiones del país desde finales de diciembre. “Estos sujetos de nacionalidad venezolana venían haciendo el seguimiento a esta persona y, lamentablemente, los hechos ocurren acá”, explicó el general Castaño.
Después de la masacre de los cuatro integrantes de la familia del pastor Marlon Yamith Lora Barrera el pasado 29 de diciembre, la mujer, de acuerdo con la Policía Metropolitana, primero huyó hacia Bogotá, pero aburrida por el clima, optó por radicarse en Medellín, donde llegó el 14 de enero. También habría tenido un paso parcial por Barrancabermeja.