El estado de salud del Papa Francisco ha encendido las alarmas en el Vaticano y en la comunidad católica mundial: el Sumo Pontífice, de 88 años, ha sufrido un episodio de broncoaspiración como consecuencia de un broncoespasmo, una complicación respiratoria que obligó a los médicos a intervenir de inmediato.
Según el informe oficial de la Santa Sede, el Papa presentó una “crisis respiratoria aislada” en la tarde del 28 de febrero, lo que generó una fuerte tos que derivó en vómitos.
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Durante este episodio, parte del contenido gástrico ingresó en sus vías respiratorias, desencadenando una broncoaspiración. Como medida de emergencia, los especialistas iniciaron un tratamiento de ventilación mecánica no invasiva, al que el Pontífice respondió de manera favorable.
El broncoespasmo es una contracción anormal e involuntaria de los músculos de los bronquios, lo que reduce el flujo de aire hacia los pulmones y provoca dificultad para respirar. Esta condición puede estar relacionada con enfermedades respiratorias como el asma, la neumonía o infecciones pulmonares graves, y entre sus síntomas más comunes están la sensación de opresión en el pecho, sibilancias y tos persistente.
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En el caso del Papa Francisco, su cuadro clínico ya estaba comprometido debido a una neumonía bilateral, lo que pudo haber agravado la crisis respiratoria y aumentado el riesgo de complicaciones severas.
Cabe mencionar que la broncoaspiración es particularmente riesgosa en pacientes de edad avanzada o con enfermedades respiratorias preexistentes.
Según la Clínica Universidad de Navarra, la broncoaspiración puede derivar en afecciones como neumonía por aspiración, insuficiencia respiratoria o atelectasia, que es el colapso parcial del pulmón.
Es decir, la gravedad del cuadro depende del volumen y la naturaleza de la sustancia aspirada, así como de la rapidez con la que se brinde atención médica.
Tras el episodio, el equipo médico del Hospital Policlínico Gemelli de Roma actuó de inmediato, realizando una aspiración bronquial para eliminar los fluidos atrapados en los pulmones del Pontífice.
Adicionalmente, se administró oxigenoterapia y ventilación mecánica no invasiva, evitando la intubación. Según fuentes oficiales, la respuesta del Papa ha sido positiva y se encuentra estable, aunque su evolución seguirá bajo observación durante las próximas 24 a 48 horas.
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Además, el pronóstico aún es reservado, ya que su edad y antecedentes médicos lo convierten en un paciente de alto riesgo. Cabe recordar que Francisco ha enfrentado varios problemas de salud en los últimos años, incluyendo una infección pulmonar que requirió hospitalización en 2023.
Este episodio ha generado incertidumbre en el Vaticano, donde ya se han tomado medidas preventivas para garantizar la continuidad de sus funciones.
En días recientes, la Santa Sede anunció la cancelación de algunos eventos previstos en la agenda papal, mientras el equipo médico evalúa la capacidad del Pontífice para retomar su actividad pública.
Mientras tanto, fieles de todo el mundo han expresado su preocupación y han organizado jornadas de oración por la salud del líder de la Iglesia católica.
Se espera que en las próximas horas el Vaticano emita un nuevo comunicado sobre la evolución de pontífice.