Armando Benedetti: de acusado de violencia de género a vedete entre algunas mujeres

Armando Benedetti, pese a denuncias y acusaciones en su contra, goza de buena acogida por parte de unas representantes a la Cámara.

Después de la resistencia que produjo entre algunas congresistas la designación de Armando Benedetti como ministro del Interior por, según ellas, ir en contravía de los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia de género; del escándalo de presunta agresión a su cónyuge y del evidente maltrato a que sometió (de acuerdo con varios audios) a Laura Sarabia en 2023, el jefe de la cartera política luce, por el contrario, cada vez más fortalecido, especialmente entre algunas mujeres.

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Si bien las congresistas Catherine Juvinao, Julia Miranda, Marelen Castillo, Jennifer Pedraza, Carolina Giraldo, Lina Garrido y Katherine Miranda se opusieron a ese nombramiento, y hasta la vicepresidenta Francia Márquez y la exministra de Ambiente Susana Muhamad ofrecieron su renuncia por no querer compartir ningún espacio con Benedetti, no piensan lo mismo de él otras mujeres en el Congreso que, por el contrario, parecieran elevarlo a la categoría de vedete: lo buscan, lo rodean y se ven muy cómodas a su lado.

Y el mismo Benedetti aprovecha cada uno de esos momentos para difundirlos a través de sus redes sociales, con lo cual limpia la mala imagen que ha proyectado él mismo y que ha sido también alimentada por sus contradictores políticos, que permanentemente recuerdan que enfrenta investigaciones por corrupción y estuvo señalado por presuntas violencias basadas en género.

Hace pocos días salió a la luz una conversación que sostuvo Benedetti con Katherine Miranda (una de las que firmó la carta oponiéndose a su designación). Aunque ella aseguró después que podía “mantener un trato cordial” con el ministro, teniendo en cuenta que lo conocía hace años, y sin que eso evitara que estuviera en contra de su nombramiento, quedó en el aire la sensación de que Benedetti tiene un ascendente significativo en el Congreso.

Ese hecho se suma a la reunión que tuvo Benedetti en las últimas horas con las entusiasmadas congresistas del Partido Liberal —en medio de la discusión sobre la reforma a la salud— Sandra Bibiana Aristizábal Saleg, representante por el Quindío (fórmula del extinto Mario Castaño, cabeza del denominado ‘Cartel de las marionetas’); Kelyn Johana González Duarte, del Magdalena; Flora Perdomo Andrade, del Huila; Jezmi Lizeth Barraza Arraut, del Atlántico; Mónica Karina Bocanegra Pantoja, del Amazonas, y Gilma Díaz de Pacheco, del Caquetá.

El ministro del Interior no dejó pasar semejante oportunidad y publicó la foto en su cuenta de X con el post “¡Firmes con las mujeres del Partido Liberal!”. La imagen llama la atención porque, a diferencia de lo que piensan de él otras mujeres como las congresistas que firmaron la carta oponiéndose a su designación, o la vicepresidenta y la exministra de Ambiente, las congresistas liberales rodean a Benedetti muy entusiasmadas. Al ministro, que también luce eufórico, le cae como anillo al dedo la escena porque desvirtúa los argumentos de quienes sostienen que tiene serios problemas con las mujeres.

La imagen de Benedetti rodeado por las fervorosas congresistas, sin embargo, tiene otras explicaciones más prácticas. Él sigue trabajando por el objetivo que le trazó el presidente Gustavo Petro: alinear a diferentes sectores de partidos políticos que no pertenecen al Pacto Histórico para consolidar el denominado frente amplio, la estrategia política con la que, según lo ha reconocido el mimo mininterior, el Gobierno busca otros cuatro años más de la izquierda en el poder.

En las cuentas de Benedetti, si en ese frente amplio participan los liberales, La U, los independientes, los verdes del sector del gobernador de Boyacá Carlos Amaya, con miras a una consulta en marzo de 2026, tendrán la posibilidad de ganarles a los candidatos de la derecha, entre los cuales el ministro sitúa a Sergio Fajardo, Claudia López y Vicky Dávila. Los presidentes y directores de esos partidos han dicho que ellos no están pensando en coaliciones con la izquierda para el 2026.

Pero, al parecer, sus congresistas sí consideran hacer parte del frente amplio, y una prueba de ello es la foto que publica Benedetti. Claro que, como la política es dinámica, también habría que calcular que hoy las representantes liberales que lo acompañan con entusiasmo y aseguran que van a seguir al lado del Gobierno —en contravía de lo que dispuso el director de ese partido, César Gaviria— podrían cambiar de opinión apenas entre en vigor la Ley de Garantías, cuando todo el mundo se alineará al lado de los candidatos realmente viables.

Con la foto, Benedetti muestra al menos cuatro cosas: que sus relaciones con las mujeres, a diferencia de lo que aseguran sus detractores, son cordiales y respetuosas; que no es tan rechazado en el Congreso como quisieran muchos; que avanza con pasos firmes en la tarea que le puso el presidente Petro de organizar un frente amplio; y que las posibilidades de que el proyecto progresista se extienda por cuatro años más es real si los demás sectores de centro y derecha no trabajan como él para hacerle una oferta que capte la atención al país.

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