El periodista Christopher Maag del prestigioso medio estadounidense, NY Times, publicó hace algunas semanas el emotivo encuentro que tuvo con Astrid López, una colombiana que sobrevivió a un grave accidente aéreo en Estados Unidos en 1990.Maag narró lo que fue la visita, después de 33 años, de López al lugar donde el vuelo 52 de Avianca cayó precipitadamente dejando 73 personas muertas. La mayoría de quienes sobrevivieron resultaron gravemente heridos.Los investigadores descubrirían más tarde que el accidente pudo haberse evitado, y que muchos de los muertos probablemente deberían haber sobrevivido, según el NY Times, asegurando que López prefirió haber muerto ese día.Después de tanto tiempo, el vuelo ya no es recordado públicamente, solo algunos sobrevivientes y miembros del personal de rescate conmemoran el día trágico en el que el avión con 158 pasajeros cayó a suelo norteamericano.El avión de colores rojo y blanco de la aerolínea Avianca despegó de Bogotá, Colombia, el 25 de enero de 1990 a la 1:10 p. m., con rumbo al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy.Antes de continuar su trayecto, hizo una escala en Medellín para reabastecerse de combustible y permitir el embarque de nuevos pasajeros. Entre ellos se encontraba Astrid López, una adolescente que viajaba sola con destino a Disney World. Sus padres, conscientes de su entusiasmo por el mundo de Disney, decidieron premiar su excelente rendimiento académico regalándole un tiquete de avión con escala en Nueva York antes de llegar a Florida, según el NY Times.El avión salió de Medellín con combustible de sobra para el viaje. Pero el mal tiempo provocó una serie de retrasos por todo el noreste de Estados Unidos, haciendo que el vuelo 52 tuviera que permanecer en espera tres veces durante un total de 77 minutos.Una vez que el avión recibió autorización para comenzar su descenso hacia Nueva York, la tripulación no informó a los controladores aéreos sobre la crítica falta de combustible, un hecho que los investigadores descubrirían posteriormente.En vez de comunicar claramente la emergencia, el primer oficial se limitó a solicitar una ruta con “prioridad”, una expresión ambigua que el control terrestre no interpretó como una situación urgente.Los miembros del personal de rescate que encontraron a Astrid creyeron que estaba muerta. El accidente le había rebanado parte del cráneo, dejando al descubierto el cerebro. Otra parte de su cerebro yacía junto a ella en el suelo, según narra el articulo del NY Times.Astrid López, quien en su infancia era disciplinada y reservada, sufrió un cambio drástico tras el accidente. Su daño cerebral, pérdida de memoria y dolor crónico la volvieron más desafiante, rebelándose contra las normas. Al regresar a Colombia, pasó por una etapa de rebeldía, disfrutando del dinero recibido en el acuerdo. Gastó en fiestas, ropa, e incluso adquirió una granja cerca de Medellín. ✈️ Avianca Flight 52'nin hayatta kalan hikayesi: Ölümden dönüp zorlu bir yaşam mücadelesi - 1990'da Long Island'da düşen Avianca Flight 52, 158 yolcusundan 73'ünü kaybederken, kurtulanlar ağır yaralanmalarla mücadele etti. - 17 yaşındaki Astrid López, kurtarma ekiplerince… pic.twitter.com/XTG8eflfzT— Yabancı Basın (@yabancibasin) January 28, 2025 Durante un tiempo, se dedicó a actividades arriesgadas, como conducir motocicletas y motos acuáticas. Con el tiempo, comenzó a seguir las indicaciones médicas y aceptó la realidad de su condición.El accidente tuvo un impacto en la seguridad aérea. La FAA exigió que las tripulaciones de aerolíneas extranjeras dominaran el inglés y estableció nuevas normas sobre la resistencia de los asientos en los aviones.Hoy en día, Astrid sigue enfrentando secuelas. Su memoria es difusa y su familia no sabe con certeza cuánto recuerda de su vida antes del accidente. Aunque agradece estar viva, su día a día está marcado por cirugías, terapias y un dolor constante. No se ve como un ejemplo de superación, pues no eligió sobrevivir; simplemente sigue adelante porque no le queda otra opción.
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