Seis días después del asesinato de Sara Millerey González Borja, en Bello, Antioquia, aún quedan muchas preguntas por resolver.Una de ellas es quién la asesinó, pero le siguen el porqué su crueldad y posteriormente qué le motivó.En busca de respuestas, investigadores judiciales y familiares remueven hasta sus movimientos, hasta el último de los recuerdos para hallar pistas.Y en medio de ese mundo de material, hallaron un diario que podría ser uno de los elementos en la investigación.SEMANA conoció apartes del manuscrito en el que Sara plasmaba las cosas más importantes de su vida y en el que dejó marcada su intensa religiosidad.“Aleja señor de mí toda maldad, toda maldad, toda mala actitud y toda mala acción, toda idea en contra de mí y sobre todo el hecho de violencia o que me deje sin vida”, escribió Sara Millerey.Esa frase, parte del manuscrito, pareciese un presagio de su trágica muerte. “Cada día, cuando esté triste, consuélame, cuando sienta dolor, cúrame, cuando esté tentada por el mal, apártame de eso y guíame por la senda correcta”, dejó en el diario.Sara Millerey tenía 32 años, fue brutalmente golpeada por un grupo de personas el viernes 4 de abril en la tarde.Según reveló Lorena González, la alcaldesa de Bello, sufrió fracturas en brazos y piernas y su cuerpo, aún con vida, fue lanzado a las aguas de La García, un afluente que irriga el territorio. Murió horas después en la Clínica La María, en Medellín.José Rolando Serrano, secretario de Seguridad de Bello, manifestó que nadie auxilió a la mujer, al parecer, porque los responsables del crimen lo impidieron. “Algunas versiones indican que las personas que hicieron esto, que presuntamente pertenecen a organizaciones delincuenciales, impedían que en ese momento alguien de la comunidad tratara de rescatarla de las aguas”, señaló.Sara Millerey fue sepultada en Jardines de la Fe, en Bello. A pesar del dolor, sus familiares y sociedad al unísono, han reclamado justicia. La Alcaldía de Bello y la Gobernación de Antioquia ofrecen hasta 100 millones de pesos de recompensa para ubicar a los responsables del crimen.
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