La visita del presidente Gustavo Petro a Haití generó una oleada de críticas en el país caribeño, marcado por una crisis humanitaria y económica.
El gobierno haitiano destinó más de 500 millones de gourdes (equivalentes a 3,8 millones de dólares) en obras e infraestructura en la ciudad de Jacmel, en el marco de la llegada del mandatario colombiano y su delegación ministerial.
Los gastos provocaron descontento entre los ciudadanos haitianos, quienes cuestionaron la prioridad dada a la visita, que duró 4 horas aproximadamente, frente a la grave situación interna del país.
“¿El gobierno no tiene dinero para sacarnos del campamento o proporcionar seguridad en el país, pero sí tiene 500 millones de gourdes para gastar en sí mismo durante un par de días?”, expresó Antoine Jean-Baptiste, un ciudadano desplazado por la violencia de las pandillas, a la agencia Associated Press (AP).
“No pueden pagar a los maestros. Los hospitales están cerrados. ¿Era necesario gastar todo ese dinero por un presidente que estaba de visita?”, cuestionó Baptiste.
El gasto incluyó la pavimentación de carreteras, la pintura del ayuntamiento, restauración de la electricidad, la limpieza de un parque y otras mejoras en Jacmel, una ciudad costera del sur.
El presidente Petro y su homólogo haitiano discutieron “iniciativas en áreas clave como agricultura, comercio y cultura” en aras de promover “el desarrollo sostenible” entre ambos países, señaló un comunicado de la Presidencia de Colombia.
El jefe de Estado colombiano también fue criticado por su visita diplomática en plena crisis humanitaria, social y de orden público que persiste en la región del Catatumbo, en Norte de Santander.
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Cerca del mediodía del jueves 23 de enero, el mandatario descendió de un avión de la Fuerza Aeroespacial colombiana y fue recibido en una alfombra roja por Voltaire y una comitiva militar haitiana.
Entre la comitiva que acompañó al mandatario a Haití se encontraba su ministro de Defensa, Iván Velásquez.
En un contexto en el que Haití enfrenta la mayor tasa de pobreza multidimensional en América Latina —41,3% de su población vive en condiciones de pobreza aguda, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de octubre de 2024—, las prioridades del gobierno fueron puestas en tela de juicio.
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“Nuestros niños no pueden ir a la escuela, no estamos trabajando, las familias no pueden comer y no estamos recibiendo las necesidades básicas para sobrevivir aquí”, expresó a la AP el ciudadano Mario Jean-Pierre, de 40 años, afectado por la violencia de las pandillas.
Más de un millón de personas han sido desplazadas en Haití a raíz de la violencia de las pandillas, un número que se triplicó respecto al año anterior, informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), una agencia de la ONU.
Los datos revelan precisamente 1.041.000 de personas desplazadas, de los cuales más de la mitad son niños.