Mientras cumplían labores de vigilancia y control del mar en el golfo de Urabá, para prevenir delitos como el tráfico de migrantes, Unidades de Guardacostas de la Armada de Colombia, se toparon con una embarcación en precarias condiciones en las que llevaban a 41 migrantes, al parecer, con destino a Panamá.
La embarcación se encontraba navegando a alta velocidad, a aproximadamente dos kilómetros de Sapzurro, Chocó, cuando fue detectada por los funcionarios de la Armada, quienes desplegaron una Unidad de Reacción Rápida (URR) de la Estación de Guardacostas de Urabá. No tardaron mucho en localizar la motonave y cumplir el procedimiento de interdicción.
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El capitán de corbeta Yessid Sanabria, comandante de la Estación de Guardacostas de Urabá, explicó que la embarcación estaba, además, navegando en horarios no permitidos y que cuando se localizó, esta fue conducida hacia Puerto Seguro, en Turbo, Urabá antioqueño.
Durante la inspección, en la motonave encontraron a tres personas de nacionalidad colombiana señalados de transportar de forma ilegal a los migrantes irregulares hacia el vecino país, poniéndolos en alto riesgo, por lo cual los tres fueron puestos disposición de la Policía Nacional y podrían responder por el delito de tráfico de migrantes.
Entre los migrantes que encontraron en la embarcación estaban 13 ciudadanos armenios, 12 indios, 12 iraníes, y 4 vietnamitas. Asimismo, de estas 41 personas, 8 eran mujeres, 26 hombres y 7 menores de edad. El capitán Sanabria señaló que tras hacerles valoraciones a su estado de salud, todos fueron conducidos a Migración Colombia.
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Al igual que los tres tripulantes, la embarcación fue puesta a disposición de las autoridades competentes, procedimiento que se hace de acuerdo con el artículo 188 del Código Penal Colombiano: “El que promueva, induzca, constriña, facilite, financie, colabore o de cualquier otra forma participe en la entrada o salida de personas del país, sin el cumplimiento de los requisitos legales, con el ánimo de lucrarse o cualquier otro provecho para sí u otra persona”.
Desde la Armada de Colombia reiteraron el llamado a la comunidad a utilizar las rutas migratorias avaladas por las autoridades y acudir a las empresas de viajes debidamente certificadas, para evitar riesgos que existen en el transporte ilegal, que ha dejado naufragios y otras situaciones peligrosas para los migrantes. “Así mismo, reitera su llamado a los usuarios del mar, para que denuncien cualquier actividad sospechosa relacionada con la migración irregular, contribuyendo a combatir este flagelo y a proteger la vida de los migrantes”, anotaron desde la institución.
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En el Urabá antioqueño, en municipios como Necoclí y Turbo, hace varios años se vive la migración irregular, lo que ha llegado a colapsar los pueblos por la alta cantidad de personas que quedan represadas a la espera de seguir hacia Chocó y luego hacia Panamá, en su intención de llegar a Centroamérica y luego a Estados Unidos. Uno de los mayores peligros es el cruce de la selva del Darién, donde los peligros son elevados.
El gobierno de Panamá, bajo el liderazgo del presidente José Raúl Mulino, ha establecido medidas como multas de hasta 5.000 dólares a las personas que crucen la selva del Darién desde Colombia. Además de las altas multas, se estableció que aquellos migrantes que no puedan pagarlas “no podrán salir del país” y se enfrentarán a la deportación. Aunque Mulino aseguró que se harán ajustes en las sanciones para que sean accesibles.
El Darién se ha convertido en un corredor migratorio clave de Sudamérica que buscan llegar a Estados Unidos. Según cifras oficiales, más de 283.000 migrantes cruzaron en 2024, con corte a octubre, un 37% menos en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando más de 520.000 personas se aventuraron en esta peligrosa travesía. La mayoría de los migrantes son venezolanos, colombianos, haitianos, ecuatorianos y chinos.
A pesar de las advertencias del gobierno de Panamá, las barreras físicas puestas y el peligro que representa atravesar la selva, el flujo migratorio no cesa en el tapón del Darién. En septiembre de 2024, unos 25.111 migrantes cruzaron el Darién, y hasta mediados de octubre de ese año ya sumaban más de 21.500, según Panamá.