Tres zonas de Antioquia viven una misma desgracia. La incursión del Clan del Golfo para controlar las rentas criminales del Norte y el Bajo Cauca provocó el desplazamiento de 154 familias de El Bagre (Bajo Cauca) y en Briceño y Yarumal (Norte), en territorios donde son cada vez más intensas las confrontaciones con las disidencias de las Farc y en otros con la alianza de este grupo con el ELN.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en las últimas dos semanas se vienen presentando distintas confrontaciones en estos tres municipios, haciendo que en Briceño sean 58 las familias, conformadas por 136 personas, las que debieron abandonar, al menos temporalmente, sus hogares.
Allí, el Clan del Golfo a través de su subestructura Julio César Vargas, inició una serie de confrontaciones con las disidencias de los frentes 18 y 36 de las Farc, los primeros queriendo adueñarse de los corredores estratégicos que hay en este municipio y los segundos por defender el territorio que han controlado desde hace varias décadas.
Los cruces de disparos dejaron, inicialmente a 41 niños y adolescentes desplazados, junto con 72 adultos y 22 adultos mayores, quienes salieron con lo que tenían encima para albergarse en el parque principal y en otros lugares de la localidad donde se sintieran a salvo de estos grupos armados.
Además de estos desplazamientos, el pasado jueves integrantes del Clan del Golfo secuestraron a dos mujeres en este municipio y un par de días más tarde se había pactado su liberación en el corregimiento Ochalí, de Yarumal. Sin embargo, en esta zona se produjo un cruce de disparos, provocando la muerte de ambas mujeres.
Esto ocurre en un municipio que desde hace tres años viene inmiscuido en una serie de hostigamientos por parte del Clan del Golfo, en el afán de adueñarse de este municipio, que también tiene cercanía con Hidroituango.
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Tan solo a finales de 2023 se presentó un confinamiento de 1.000 personas de la vereda Las Auras entre el 19 y 22 de noviembre y en los primeros días de diciembre más de 900 personas salieron de sus casas en las veredas El Hoyo y El Roblal por esta misma razón, en unas emboscadas que con el paso de los años se volvieron más recurrentes en la ruralidad de Briceño y que ha afectado a la zona urbana.
Otro conflicto ocurre en el corregimiento de Puerto López y en la Serranía de San Lucas, donde también se han presentado confrontaciones entre miembros del Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), como también se conoce a Clan del Golfo y una alianza de ELN y Estado Mayor Central (EMC), como también se llaman a las disidencias de las Farc.
Esta lucha viene ligada a la registrada desde hace dos años en Segovia, Remedios y el sur de Bolívar, donde hay una fuerte disputa por el control del sector Mina Nueva, de Segovia, y para la cual el territorio en cuestión es un corredor clave para llegar a este territorio, considerado como uno de los yacimientos auríferos más ricos en la actualidad.
“Esta confrontación, motivada por el control de rutas y yacimientos mineros, ha ocasionado desplazamientos masivos, confinamientos, extorsiones y reclutamiento de niños y adolescentes”, manifestaron desde la Defensoría del Pueblo en un extenso informe sobre esta problemática.
Actualmente, se reportan 42 familias desplazadas de la vereda Bocas de Chicamoqué, otras 50 de la vereda El Socorro y las restantes cuatro que residen en la vereda La Ahumada. Todos estos grupos familiares ya reciben atención por parte de las autoridades.
El gobernador Andrés Julián Rendón manifestó que “la Gobernación, en articulación con los alcaldes, adelanta atención humanitaria a las familias que se han desplazado por cuenta de este enfrentamiento que, afortunadamente, ha tomado lugar entre criminales, los unos posando insurgentes, los otros de contrainsurgentes, pero con un único propósito de controlar unas rentas criminales”.
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Como parte de las estrategias de seguridad, el gobernador Rendón indicó que las tropas de la Séptima División del Ejército se encuentran en estos territorios para retomar el control de seguridad en la zona para que así las familias sientan la seguridad plena para volver a sus hogares, dejando de lado el miedo que vienen sintiendo en los días recientes por las confrontaciones de estas estructuras.
Adicional a las confrontaciones mencionadas, fuentes de inteligencia señalaron que hay un territorio en el que el EGC quieren entrar y se trata del corregimiento El Cedro, uno de los siete que conforman a Yarumal, el cual tiene límites con el municipio de Valdivia.
Este territorio es reconocido por los expertos como fortín de los grupos guerrilleros, tanto ELN como disidencias de las Farc, para el reclutamiento de menores de edad, debido a su ubicación y cercanía con otros municipios.
Pero en su intención por tomarse los territorios, el Clan del Golfo también inició sus incursiones en este territorio, registrándose algunas confrontaciones que, hasta el momento, no ha traído mayores consecuencias, pero ya se siente la zozobra entre quienes residen en el territorio.
En el marco de la paz total, el Clan del Golfo pareciera haberse fortalecido criminalmente, puesto que cada vez avanza su ofensiva para tomarse territorios en todo el país, incrementando las zonas donde tienen presencia en un 62%, según la Defensoría. “La expansión del EGC ha incrementado el riesgo de confinamientos, desplazamientos masivos y violencia selectiva contra la población civil. Su presencia se ha extendido de 213 municipios en 2019 a 345 en 2024, consolidándose como el grupo armado con mayor presencia en el país”, señaló la entidad.