Migrante colombiano relató el drama que vivió durante deportación de EE. UU.: una mujer casi muere en el avión; “fue horrible”

El representante a la Cámara, Hernán Cadavid, presentó la queja ante la Procuraduría.

Este martes, 28 de enero, más de 200 migrantes colombianos deportados desde Estados Unidos llegaron a su país de origen tras una tensa crisis diplomática entre ambas naciones. La situación se desencadenó cuando el presidente Gustavo Petro se negó inicialmente a permitir el aterrizaje de los vuelos militares estadounidenses que transportaban a los deportados, argumentando que las condiciones en las que eran trasladados vulneraban sus derechos humanos.

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Los migrantes, que arribaron en aviones de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, compartieron testimonios impactantes sobre el trato recibido por las autoridades estadounidenses durante su detención y deportación. José Erick, uno de los deportados, relató a los medios de comunicación las duras condiciones a las que fueron sometidos, describiendo un escenario de deshumanización y abuso.

“No nos dijeron nada, las condiciones fueron horribles. Nos esposaron, nos agarraron así como prisioneros y nos trataron supermal”, afirmó José Erick, quien llegó a Colombia procedente de El Paso, Texas, después de que el gobierno colombiano rechazara inicialmente los vuelos de deportación.

El colombiano denunció que durante su detención estuvieron incomunicados y se les negó el derecho básico de contactar a sus familias. “No nos dejaron llamar a Colombia, no nos dejaron llamar a nuestras familias”, señaló. Además, describió condiciones sanitarias deplorables: “Nos dejaron sin bañar durante cinco o seis días, todo fue horrible”.

José Erick explicó que los peores tratos ocurrieron en California, donde las condiciones de detención fueron particularmente severas. Sin embargo, la situación mejoró ligeramente cuando fueron trasladados a Texas, después de que el gobierno colombiano se negara a recibirlos en protesta por las condiciones en las que eran enviados.

“En el momento en el que el Gobierno colombiano decidió no recibirnos por las condiciones en las que nos enviaban, nos regresaron a El Paso y ahí todo mejoró un poco, pero realmente seguían riéndose en nuestras caras”, relató.

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El migrante también denunció que les fueron confiscados sus objetos personales y se les obligó a deshacerse de sus pertenencias. “Nos quitaron los cordones de los zapatos y la ropa. No entiendo el por qué, realmente no era algo que tuvieran que hacer”, dijo. Solo se les permitió conservar una pequeña bolsa con documentos esenciales, entre ellos los que llevaban para solicitar asilo en Estados Unidos.

“Ni siquiera me escucharon”, lamentó José Erick, refiriéndose a su intento de iniciar un proceso de asilo. “Cruzamos la frontera y estuvimos cerca de 8 días en ese país. Se nos reían en la cara y nos decían: ‘Papá Trump está en la casa, todos serán deportados, todos se van a ir’”.

El testimonio de José Erick también incluyó denuncias sobre el trato hacia personas vulnerables durante el proceso de deportación. “Hubo personas a las que le quitaron su bastón (...). Una señora tenía problemas del corazón y aun así la llevaron sin consentimiento alguno y tuvo un ataque, por lo que tuvimos que parar en Houston para que la cuidaran y la revisaran”, aseguró.

Finalmente, el migrante se refirió a los calificativos utilizados por el presidente Donald Trump para referirse a los deportados, acusándolos de ser “narcotraficantes y asesinos”. “Realmente es una estrategia que ellos tienen”, afirmó.

“Quieren echarle la culpa de sus problemas a los migrantes que no se pueden defender. No nos dieron derechos ni nos leyeron nada. Nos hicieron firmar documentos obligados y realmente fue un trato inhumano”, concluyó José Erick, resumiendo la experiencia de muchos de los deportados que regresaron a Colombia con un profundo sentimiento de injusticia y vulnerabilidad.

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Este episodio no solo ha puesto en evidencia las tensiones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos, sino que también ha reabierto el debate sobre los derechos humanos de los migrantes y las condiciones en las que son deportados, un tema que sigue siendo un desafío global en el contexto de las políticas migratorias actuales. Colombia no ha sido el único país afectado. Varios vuelos desde Estados Unidos hacia Brasil también fueron denunciados por tratos denigrantes a las personas, considerándolo como una violación a los derechos humanos.

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