El trágico accidente aéreo que ocurrió en la noche del miércoles 29 de enero, luego de que un avión colisionara en el aire contra un helicóptero militar, dejó 67 fallecidos y ningún sobreviviente. El avión se estrelló cerca al aeropuerto nacional Reagan de Washington, segundos antes de aterrizar y completar su viaje.
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El presidente Donald Trump ha estado al tanto de la situación y describió este accidente como un hecho que pudo haberse prevenido si se hubiese tenido más precaución. Este accidente, sin duda, marcará la historia de los accidentes aéreos en la aviación estadounidense y entra a una lista de los accidentes en el aire más mortíferos que han ocurrido en el territorio.
A lo largo de la historia de la aviación en Estados Unidos, han ocurrido varios accidentes aéreos que han dejado una huella imborrable debido a su magnitud y consecuencias. A continuación, se presentan los cinco accidentes más mortíferos registrados en el país:
El 25 de mayo de 1979, un McDonnell Douglas DC-10 de American Airlines despegaba del Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago con destino a Los Ángeles. Poco después del despegue, el motor izquierdo se desprendió, causando daños severos en el ala y provocando la pérdida de control de la aeronave. El avión se estrelló, resultando en la muerte de 271 personas a bordo (cuatro eran colombianos) y dos en tierra. Este incidente es considerado el peor accidente aéreo en la historia de Estados Unidos.
El 12 de noviembre de 2001, un Airbus A300 de American Airlines, que cubría la ruta entre Nueva York y Santo Domingo, se estrelló en el barrio de Queens, Nueva York, poco después de despegar del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. El accidente causó la muerte de las 260 personas a bordo y de cinco personas en tierra. Las investigaciones señalaron que una manipulación incorrecta de los controles por parte del piloto provocó la separación del estabilizador vertical, llevando a la pérdida de control de la aeronave.
El 2 de agosto de 1985, un Lockheed L-1011 TriStar de Delta Air Lines se estrelló mientras intentaba aterrizar en el Aeropuerto Internacional Dallas-Fort Worth, en Texas. La aeronave encontró una micro ráfaga, un fenómeno meteorológico que provoca fuertes corrientes descendentes, lo que llevó a la pérdida de control y posterior colisión con el suelo. El accidente resultó en la muerte de 137 personas.
El 1 de junio de 1999, un McDonnell Douglas MD-82 de American Airlines se salió de la pista durante el aterrizaje en el Aeropuerto Nacional de Little Rock, Arkansas, en medio de una tormenta severa. El avión se estrelló contra una estructura de acero, causando la muerte de 11 de las 145 personas a bordo. La investigación determinó que la tripulación no siguió los procedimientos adecuados para aterrizar en condiciones climáticas adversas.
Aunque este accidente ocurrió en Japón, es relevante mencionarlo debido a que involucró a una aeronave Boeing 747SR fabricada en Estados Unidos. El 12 de agosto de 1985, el vuelo 123 de Japan Airlines se estrelló en el monte Takamagahara, causando la muerte de 520 de las 524 personas a bordo. Este es el accidente más mortífero de un solo avión en la historia de la aviación. La causa fue una reparación incorrecta en la sección de presión trasera, que falló en pleno vuelo.
Estos trágicos eventos han llevado a mejoras significativas en las regulaciones de seguridad aérea y en los procedimientos operativos, con el objetivo de prevenir futuras tragedias y garantizar la seguridad de los pasajeros y tripulaciones en todo el mundo.