El regreso de Armando Benedetti al lado del presidente marca la línea de un Gobierno en campaña

La práctica de montañismo o senderismo requiere una preparación adecuada

Armando Benedetti no será exactamente jefe de gabinete, pero sí será el jefe de Presidencia y el jefe del despacho de Gustavo Petro. No son funciones menores en un Gobierno que está sujeto a lo que el Presidente escribe y ordena en sus redes sociales. A esta responsabilidad hay que sumarle la ausencia de la ahora canciller Laura Sarabia, quien era la persona clave que organizaba la administración y les daba línea a todos los funcionarios.

Hace unas semanas varios medios de comunicación dieron por hecho que el asesor de Palacio sería nombrado ministro de las TIC, pero EL COLOMBIANO reveló que eso no era probable. Así, Benedetti volvió a sonar justo cuando el Presidente rebaraja su gabinete con miras a la campaña de 2026. Aunque ya salieron de Palacio el minTIC Mauricio Lizcano, la exministra de Transporte, Constanza García, y el excanciller Luis Gilberto Murillo, aún faltan varios nombres en la baraja de cartas con las que el Pacto Histórico jugará para el Congreso y la Presidencia: Susana Muhamad, Daniel Rojas, Andrés Camacho.

Y de acuerdo con una fuente del alto Gobierno, hay otros que se han venido convirtiendo en funcionarios incómodos y que podrían salir también, como el ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes.

El caso es que Benedetti volvió al país hace dos meses y desde entonces se ha mantenido en la sombra de las polémicas y los escándalos, que durante su carrera política han sido su escenario natural. El primer día aseguró que había estado en “tratamiento de rehabilitación” y dejó claro, para que se supiera de su poder e influencia, que su oficina iba a estar en el tercer piso “junto a la oficina de Laura y la oficina del presidente”.

Con su exasesora legislativa fuera de Palacio, Benedetti recupera un poder de relevancia al lado de Petro, con un objetivo importante, según dos fuentes más con las que habló este diario: la campaña de 2026, tarea para la que es un “zorro viejo”.

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El exembajador estuvo casi 20 años en el Congreso y fue presidente del Senado en la transición del Gobierno Uribe al Gobierno Santos. Con ese recorrido se convirtió en presidente también del Partido de La U y desde allí fue clave en la aprobación de prácticamente todos los proyectos de paz con las Farc, que fue la prioridad del expresidente Santos en sus ocho años de poder. Benedetti no solo logró conseguir los votos de La U para los proyectos de paz, incluso de reforma constitucional, sino que estuvo al frente de varios de ellos. En 2017 fue ponente de la discusión para la ley de procedimiento de la JEP. Y una vez renunció al Congreso para sumarse a la campaña de Petro (fue el primer político de peso, y del espectro tradicional, que se lanzó a apoyar la izquierda), no tuvo amarras e hizo de todo para ganar.

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“Él estuvo con Petro en toda la campaña, fue el que organizó esa campaña, el que cuadraba las reuniones, hacía los eventos, decidía a dónde ir, etc”, dijo una fuente del entorno del político. Así, Petro demuestra que está siendo pragmático en un momento en el que no le interesan tanto las críticas de la prensa, sino corregir la estrategia de comunicaciones para no perder el poder en las elecciones. Mientras tanto, las últimas encuestas de Invamer y el Centro Nacional de Consultoría, en el Pacto Histórico hay un líder fuerte, Gustavo Bolívar, y otros líderes poco visibles y que no tienen recordación necesaria para los debates con figuras como Vicky Dávila, Germán Vargas y Sergio Fajardo.

Una de las comodidades de las que tendrá que salir el exembajador para volver a mover los hilos de la agenda de Petro y de la campaña del 26 será su vida en Barranquilla. Aunque en ese primer encuentro con los medios tras volver al país, hizo énfasis en que tendría una oficina en la Casa de Nariño, a los pocos días se radicó en Barranquilla, donde ha vivido siempre junto a su pareja Adelina Guerrero con quien había tenido un incidente en Madrid que no terminó en nada. “Él juega tenis todos los días a las 8 de la mañana, está llevando una vida diferente a la que llevaba antes y está enfocado en su familia”, dijo otra fuente cercana.

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Benedetti también está enfocado en sus hijos, con quienes pasa el tiempo que no podía cuando estaba en Roma al frente de la embajada de la FAO ante Naciones Unidas. Este diario corroboró que el exembajador está pasando quince días en Bogotá y quince en Barranquilla y habla prácticamente todos los días con Petro. De hecho, el día en que en la prensa apareció el rumor de que iba a ser nombrado ministro de las TIC estaba en Palacio hablando con Petro y posiblemente allí se concluyó que no sería ministro sino la mano derecha del Presidente. Mientras esto ocurre, no se han detenido las investigaciones que tiene en la Corte Suprema de Justicia (más de seis).

En los últimos meses hubo una decisión trascendental de imputarle cargos en la investigación del Fondo Nacional de Desarrollo (Fonade), pero la Sala no estuvo de acuerdo en su totalidad en una de las acusaciones y el resumen general se encontraba desde octubre en proyección en el despacho del magistrado César Reyes, que lo entregó para una nueva discusión hace poco. Es decir, la estabilidad judicial de Benedetti no está garantizada. Con esa realidad, con su carrera política, y con los secretos que conoce, acaba de pasar a ser reconocido como el hombre fuerte de Palacio; en esa línea, mucho de lo que ocurra con la campaña para que Petro intente suceder el poder, dependerá de él.

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