Paz urbana: así van mesas de Medellín, Quibdó y Buenaventura

El presidente Gustavo Petro se refirió a la posibilidad de tener un encuentro con Donald Trump.

En los tableros de la paz total que tiene abiertos del Gobierno, una de las apuestas es lograr el sometimiento y hacer las paces con las bandas criminales de Buenaventura, Quibdó y Medellín.

Mientras el diálogo con el ELN parece sumido en el fracaso y la posible extradición de un cabecilla hacia Estados Unidos puso en jaque el proceso de paz con las disidencias de la Coordinadora Nacional, la paz urbana parece que se resiste al fracaso y, por el contrario, se mantiene en pie pese a enfrentar varios obstáculos.

El principal reto del Gobierno será impulsar un marco jurídico para estos intentos de paz. Una de las posibilidades sería a través del proyecto del senador Antonio Correa que, de aprobarse, podría convertirse, al fin, en el instrumento jurídico.

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Mientras tanto, las bandas de Medellín y Quibdó parecen que están comprometidas con la política de la paz total y en Buenaventura la ruptura de un pacto empieza a generar preocupación.

La paz urbana en Medellín

Entre el 19 de diciembre del año pasado y el 19 de enero de este año la mesa de paz de la cárcel de Itagüí se comprometió a frenar la extorsión en 25 barrios de Medellín y Bello.

“Anunciamos ante ustedes que, atendiendo a una solicitud de la delegación del Gobierno y luego de diferentes consultas, nos da mucho gusto comunicar a la sociedad civil y a la delegación del Gobierno que se ha decidido prolongar durante tres meses más este piloto para que la paz tenga una oportunidad irreversible”, señaló Jorge Vallejo, secretario de la Mesa de Paz, durante la presentación de los resultados del plan piloto este 13 de febrero en la Universidad de Antioquia.

Durante la presentación del informe, la comisión de seguimiento reportó que, en efecto, hubo una disminución en la extorsión, pero que eso no significó la desaparición del fenómeno.

“La extorsión no desapareció en los territorios intervenidos; en algunos barrios se redujo temporalmente, pero en otros persistió bajo nuevas modalidades. Esto indica que, más allá del cese puntual de cobros, los grupos armados mantienen su capacidad de regulación económica y social. La extorsión sigue siendo una práctica central en la gobernanza criminal y, en algunos casos, se transformó en formas más sofisticadas de control territorial al que, aunque subyace el recurso al uso de la violencia, no suele recurrir al ejercicio físico de la misma”, señala el informe.

Desde el 19 de diciembre pasado se confirmó también el aterrizaje a la mesa de alias Douglas, cabecilla de La Oficina –quien ya fue trasladado a la cárcel La Paz de Itagüí– y del exparamilitar “Don Berna”, que continúa preso en Estados Unidos.

La llegada de “Douglas” a Medellín permitirá la articulación con otros voceros de las bandas como Sebastián Murillo “Lindolfo”; Juan Carlos Mesa, “Tom” y Ferney Ramírez, “Carlos Pesebre” y, de ese modo, articular temas de paz como el desescalamiento de la violencia y las garantías de verdad y no repetición.

Sin embargo, el hecho de que los máximos capos estén recluidos en un mismo penal –en caso de que el diálogo sociojurídico fracase– podría traducirse en la posibilidad para que desde allí también se ejecuten acciones violentas.

La ruptura en Buenaventura

Los Shottas y los Espartanos mantuvieron por 19 meses un pacto de no agresión en Buenaventura, sin embargo, una de las bandas se levantó del cese al fuego y la escalada de las confrontaciones es una preocupación latente en la ciudad portuaria.

“En este momento, en Buenaventura hace ya unos días, no existe tregua. No han tomado la decisión de reanudar, de representar la tregua, por tensiones existentes entre ellos”, advirtió Fabio Cardozo, delegado del Gobierno en ese espacio sociojurídico.

Los Shottas aseguraron que mantienen su voluntad de diálogo y anunciaron un cese al fuego unilateral. Sin embargo, advirtieron que responderían en caso de ataque de Los Espartanos.

“Aclaramos que defenderemos nuestras áreas de injerencia (...) replegaremos con responsabilidad cualquier ataque de la banda delincuencial ‘Los Espartanos’ y sus aliados”, señalaron Los Shottas en un comunicado.

El inicio de año ha estado marcado por el incremento de la violencia en Buenaventura: solo en enero se registraron 17 homicidios, es casi el doble de las cifras reportadas en el mismo mes de 2023 y 2024.

“La decisión de Los Espartanos no continuar el diálogo con Los Shottas podría tener implicaciones directas en la población civil, es probable que se presenten alzas en los homicidios, las extorsiones y se reactiven las fronteras invisibles que se habían pausado durante la tregua entre ambos grupos”, señaló Linda Posso, Coorinadora de la Oficina de Buenaventura de la Fundación Pares.

Videos difundidos por la comunidad ya han evidenciado el patrullaje de hombres armados ilegales por las calles de esa ciudad.

La mesa en Quibdó

En la capital del Chocó el diálogo avanza con las bandas Locos Yam, RPS y Mexicanos. Tienen una tregua pactada hasta marzo y ha sido la conversación de la paz urbana que ha mostrado resultados más sólidos.

“En 2023, cuando se instaló el espacio, ocurrió una disminución en los homicidios. En su momento se implementó una estrategia de entrega de mercados para las familias y así garantizar la seguridad alimentaria. Lo que vimos allí fue que muchos delinquen por temas de armas”, señaló Luis Gregorio Moreno, delegado del Gobierno en esa mesa en diálogo con La Silla Vacía.

El vocero aseguró que los jóvenes que pertenecen a las bandas han pedido la implementación de proyectos productivos como una fábrica de reciclaje y otra de panela para asumirlos una vez dejen la criminalidad.

Ahora la mesa enfrenta el desafío de la avanzada de las células urbanas del Clan del Golfo en Quibdó y la posibilidad de que se desaten nuevos enfrentamientos.

“Si no llega la ley de sometimiento, estamos preparados para utilizar otros mecanismos como el principio de oportunidad. Creemos que la estrategia más importante es el de la transformación territorial: aquí lo que hay es hambre y si atacamos eso podemos atacar la base misma de las estructuras”, añadió Moreno.

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