En un operativo en contra de la minería ilegal, un equipo de soldados y policías destruyeron en el municipio de Cocorná maquinaria que estaría siendo utilizada por el Clan del Golfo para extraer oro ilegalmente de un río.
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Según informaron las Fuerzas Militares, en el operativo participaron integrantes del Grupo de Caballería N° 4 Juan del Corral y efectivos de los Carabineros de la Policía, como parte de la avanzada que se viene desarrollando contra esa agrupación criminal, que en ese municipio opera a través de la subestructura Gener Morales.
Los implementos encontrados estarían avaluados en más de $8 millones e incluyen implementos como una draga, dos motores, una motobomba y dos compresores de aire.
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De acuerdo con los cálculos de las autoridades, con este equipamiento el Clan del Golfo tendría capacidad para extraer de la zona entre 150 y 200 gramos de oro cada mes, que en el mercado pueden estarse comercializando por más de $50 millones.
Cabe recordar que este tipo de operaciones mineras ilegales, si bien se han desarrollado desde hace muchos años en subregiones como el Bajo Cauca y el Nordeste, recientemente comenzaron a tomarse algunos puntos del Oriente antioqueño.
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Algunas de las zonas más críticas durante los últimos años para esta actividad son el río Calderas, entre los municipios de Granada y San Carlos; el río Nare, cerca a los límites con el Nordeste, los ríos Verde y Santo Domingo, el río Arma y hasta el municipio de San Rafael.
Para autoridades y expertos ambientales, esta situación ha generado especial preocupación, sobre todo con miras a que se ponga en riesgo el equilibrio ambiental de una región de una gran riqueza hídrica y con ecosistemas como bosques húmedos.
En agosto de 2024, el director de Cornare, Javier Valencia, precisó que esa autoridad ambiental había recibido por lo menos 60 denuncias ambientales por actividades mineras en los municipios de su jurisdicción, logrando atender cerca de 50 de ellas.
Según explicó entonces el directivo, para la entidad la principal preocupación de esta actividad radicaba en la contaminación de los ríos por cuenta de los químicos que son empleados para dichas actividades mineras, así como la alteración de cauces y la deforestación de las zonas de interés para los mineros ilegales.