En ningún otro momento desde el inicio del juicio en su contra, Álvaro Uribe había sonreído tanto ante la cámara y tomado café como durante el contrainterrogatorio de su abogado, Jaime Granados, al senador Iván Cepeda.
“Limítese a responder sí o no, no necesitamos contexto porque esta no es su vitrina política”. En ese tono, Jaime Granados dirigió el contrainterrogatorio a Iván Cepeda, quien respondió a múltiples preguntas sobre sus reuniones con privados de la libertad, de las cuales surgió el material que dio origen al proceso penal que convirtió a Álvaro Uribe en el primer expresidente del país en ir a juicio.
Las reuniones, según narró Cepeda, iniciaron en 2011 con el exparamilitar Pablo Hernán Sierra, quien, estando en prisión, le pidió una visita para hablar sobre los presuntos vínculos de Uribe con el paramilitarismo y expresarle que temía por su vida.
“Pablo Hernán Sierra me buscó porque sabía de mis gestiones en la protección de los derechos de las víctimas de crímenes de Estado contra diversas poblaciones”, relató Cepeda.
En ese encuentro, el senador escuchó por primera vez el nombre de Juan Guillermo Monsalve, quien con el tiempo se convertiría en un testigo clave contra el expresidente.
Según Sierra, Monsalve trabajó en la finca Guacharacas, propiedad de la familia Uribe, y posteriormente se integró a un grupo paramilitar que, afirmó, fue fundado en esa misma hacienda con el aval de los hermanos Uribe.
“En el relato que me hizo el señor Sierra mencionó que el señor Juan Guillermo Monsalve también había pertenecido al grupo paramilitar que, según ellos, surgió en la hacienda Guacharacas”.
El testimonio del senador se extendió por siete horas. La primera parte transcurrió sin sobresaltos. La Fiscalía centró sus preguntas para que Cepeda relatara su versión sobre las reuniones, sin aportar mayores novedades a lo que se ha conocido durante los más de siete años que lleva el proceso contra el expresidente.
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Uribe enfrenta acusaciones de la Fiscalía por fraude procesal y soborno a testigos. En su intervención, Cepeda confirmó que sostuvo al menos nueve reuniones con Juan Guillermo Monsalve y que, en el primer encuentro, le realizó una entrevista en la que este detallaba los presuntos vínculos de Álvaro Uribe con el paramilitarismo. Cepeda posteriormente entregó dicha entrevista a la Corte Suprema de Justicia.
Tras ese encuentro, y luego de que Monsalve fuera víctima de un atentado en la cárcel de Cómbita, Boyacá, donde estaba recluido, el senador realizó gestiones para que se aprobara su traslado a La Picota, en Bogotá, lo que finalmente se concretó.
“Hice varias gestiones para procurar que se garantizara la vida de Juan Guillermo, quien veíamos que estaba en un escenario de riesgo”, reconoció Cepeda.
Ante esto, el abogado Jaime Granados lo confrontó: “¿Por qué, tres días antes de su visita a Monsalve, usted le pidió a la Fiscalía General que favoreciera a Juan Guillermo Monsalve?”.
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-“No recuerdo haber hecho ninguna petición en ese sentido, aunque probablemente hice algún tipo de solicitud con relación al señor Monsalve”, contestó.
El cruce de preguntas se alargó: ¿Es decir que usted hizo una solicitud a favor de alguien que no conocía tres días antes de reunirse con esa persona que iba a desprestigiar al expresidente Uribe y dice que no le prometió beneficios?
—”No”.
Entonces, ¿la solicitud que usted hizo para que trasladaran de cárcel a Monsalve tres días antes de la reunión donde lo conoció cayó del cielo?
—”La solicitud la hizo el señor Pablo Hernán Sierra”.
¿Es decir que usted no la hizo? —insistió Granados.
—”A lo que me refiero es que el señor Pablo Hernán Sierra formuló la petición en su entrevista conmigo, y yo la trasladé”.
Ante la insistencia del contrainterrogatorio, el senador terminó por confirmar que sí intervino en el traslado, argumentando que Monsalve “era una persona en situación de riesgo”.
Como parte de su estrategia de defensa, Granados sostiene que el expresidente es víctima de un montaje orquestado por Iván Cepeda, quien, según su versión, buscó a presos para que vincularan a Uribe con el paramilitarismo a cambio de beneficios, como la mejora de sus condiciones carcelarias.
En su testimonio, el parlamentario dejó claro que no es testigo directo de ninguna conducta ilegal cometida por el expresidente.
Aclaró que su acusación se basa exclusivamente en los testimonios e información proporcionados por los exparamilitares con quienes sostuvo reuniones.
“¿A usted le consta lo que ocurrió en la hacienda Guacharacas?”, preguntó Granados.
—”No”.
“¿Le consta que el expresidente Uribe y su hermano Santiago Uribe hayan conformado un grupo paramilitar?”
—”No”
La audiencia continuará este miércoles con el testimonio del exparamilitar Pablo Hernán Sierra, quien se espera que entregue detalles sus reuniones con Cepeda y esclarezca si recibió o no beneficios a cambio de sus declaraciones.