Como todas las mañanas, para buscarse su sustento diario, Lubín del Carmelo Galeano Galeano salía a trabajar en su Renault 9. Sin embargo, en los últimos días, una falla mecánica lo había obligado a prenderlo de forma poco ortodoxa, lo que provocó un incendio que le terminó ocasionando la muerte a este hombre de 62 años.
Ocurrió en la madrugada del pasado jueves en el barrio Viviendas del Sur, de Itagüí, más exactamente en la calle 84 con la carrera 56, cuando al intentar arrancarlo directamente, echándole gasolina en el carburador se presentó una chispa que ocasionó la conflagración. En su desespero, Lubín quiso apagarlo, pero con tan mala suerte que el fuego le terminó provocando quemaduras de la cintura para arriba.
Al escuchar los gritos de Lubín del Carmelo, los vecinos del sector salieron con extintores y cobijas para intentar sofocar el cuerpo que estaba consumiendo a este hombre y al automotor. Personal del Cuerpo de Bomberos de Itagüí llegaron al sector y terminaron de apagar el fuego del vehículo.
Acto seguido, lo trasladaron al Hospital San Vicente Fundación, de Medellín, donde recibió atención en el pabellón de quemados por cuenta de las lesiones de segundo y tercer grado que sufrió luego de la llamarada que se presentó cuando intentaba encender su vehículo, con el cual transportaba mercados desde la Central Mayorista de Antioquia.
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Estuvo hospitalizado hasta este domingo, cuando por cuenta de unas complicaciones renales falleció en este centro asistencial. De acuerdo con el dictamen médico, varios órganos ya le estaban fallando por cuenta de un medicamento y el trabajo que debía hacer el hígado era relevado por una máquina.
Según se conoció, la emergencia se ocasionó porque tenía problemas en el sistema de arranque desde hace algunas semanas y no había tenido los recursos suficientes para hacerle el mantenimiento requerido.
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El carro que por décadas sirvió como herramienta de trabajo para Lubín del Carmen quedó estacionado en el sitio donde lo dejaba todas las noches después de transportar mercados a todo el sur del Valle de Aburrá desde la principal central de abastos de Antioquia. Sus familiares aún no determinan qué harán con este automotor.
Por su parte, los vecinos de Viviendas del Sur lamentaron la muerte de uno de sus vecinos más queridos, puesto que este hombre se caracterizaba por su servicialidad y amabilidad.
Algunos lo recordaban porque en su carro siempre mantenía una bolsa de confites, la cual repartía entre los vecinos y los niños del sector, así como entre quienes solicitaban sus servicios de transporte.