El papa Francisco, hospitalizado desde hace once días debido a una neumonía bilateral, se mantiene bajo cuidado especial de un grupo de especialistas. “Pasó una buena noche y descansa”, informó el Vaticano este lunes.
A pesar de los reportes de estabilidad, se conoció el domingo que su estado sigue siendo crítico y que debe recibir altos flujos de oxígeno debido a las repetidas crisis respiratorias a raíz de la neumonía, sin embargo estos síntomas han disminuido en los últimos días.
El Vaticano también agregó que el cuadro clínico del papa es complejo y que los efectos del tratamiento que está recibiendo requieren tiempo. Pero informaron que su anemia ha mejorado y su trombocitopenia se ha mantenido estable tras transfusiones de sangre realizadas el sábado.
Además del cuadro respiratorio y las demás enfermedades, el Papa ahora presenta una leve insuficiencia renal. Abele Donati, jefe de la unidad de anestesia y cuidados intensivos del Hospital Universitario de las Marcas, sugirió que esta insuficiencia “podría indicar la presencia de sepsis en fase inicial”. De ser así, el panorama sería preocupante, pues se trata de una posible respuesta del organismo ante la infección pulmonar, lo que aumenta el riesgo de complicaciones.
El virólogo italiano Fabrizio Pregliasco habló al diario La Stampa, y explicó que el principal desafío en este momento es la respuesta del papa al tratamiento contra la infección pulmonar. “Las próximas horas y días serán decisivos”, advirtió, señalando que si la infección evoluciona hacia una septicemia, el desenlace podría ser grave.
La situación de salud del papa Francisco ha congregado a miles de fieles alrededor del mundo. En Roma, América Latina y otras regiones, se han organizado plegarias masivas por su recuperación. En la noche de este lunes tendrá lugar en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, una jornada de oración especial por los enfermos, esta será dirigida por Pietro Parolin, el segundo al mando de la Santa Sede.
Desde su elección en 2013, Francisco ha enfrentado diversos problemas médicos que ponen en duda las capacidades del pontífice de mantenerse en el liderazgo de la Iglesia católica. Esta es su cuarta hospitalización desde 2021, y la más prolongada.
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El papa fue ingresado el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma con bronquitis, que luego se convirtió en neumonía bilateral, una infección del tejido pulmonar que puede ser mortal en pacientes de edad avanzada. Su historial médico incluye además cirugías de colon y abdomen, así como problemas de movilidad que lo han obligado a valerse de una silla de ruedas en varias ocasiones.
La gravedad de su estado ha reavivado el debate sobre su permanencia al frente del Vaticano y su disposición para seguir al frente de la Iglesia. Aunque el derecho canónico no contempla un protocolo específico en caso de deterioro de la salud del pontífice, Francisco había anunciado previamente que no renunciaría a su mandato a menos que limitaciones físicas o de salud lo hicieran ver obligado.