El presidente Gustavo Petro decidió hablar un poco sobre Claudia López y lo que ella representa en este punto de contraste político. Ambos fueron alcaldes de Bogotá y, en principio, compartieron una afinidad relacionada con las necesidades que se tiene en la capital colombiana.
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Sin embargo, el compañerismo parece haber tenido una ruptura, porque el pasado Consejo de Ministros sirvió para que López se desahogara a través de sus redes sociales, en donde le solicitó al mandatario que “respete a Colombia”.
“Es inaudito el nivel de desprecio por las necesidades y prioridades reales de la gente y de los territorios. El nivel de incompetencia, el caos, la avaricia, el show no hace falta que se regodeen exhibiéndolo. Colombia no se merece esto de nadie, menos de quienes ofrecieron cambio. Respeten a Colombia, respeten a la gente, Colombia se respeta”, escribió la exsenadora de Alianza Verde.
Incluso, en un reciente trino dijo que el presidente “solo ha manipulado y engañado a los jóvenes que tanto creyeron de buena fe en su discurso y promesas de cambio”. En esta parte, la exsenadora afirmó que Petro no les dio los 500.000 cupos de educación pública gratuita a los jóvenes y “sí le quitó el subsidio a tasa del Icetex”.
El jefe de Estado aseguró en una entrevista con el diario español El País que López lo ha “engañado como siete veces”, porque primero realiza acuerdos y luego actúa en contra de lo pactado.
“Se hace un acuerdo con un partido político, y después ese partido vota en contra. Eso me ha pasado con Claudia López... Me ha engañado como siete veces. Soy un hombre engañado”, aseveró Petro.
Muy contrario a las afirmaciones contra la exalcaldesa de Bogotá, el mandatario defendió a Laura Sarabia, su mano derecha y actual canciller de Colombia, pues considera que ella es una persona organizada y con capacidad de estar en su cargo.
“Es una buena organizadora y una mujer joven. Cuando se es joven hay que madurar y hay que saber por cuál mal camino no se madura. Ahora en la Cancillería tiene que saber cuál es la voz de Colombia en el mundo”, puntualizó.
Así mismo hizo con el polémico Armando Benedetti, ahora es ministro del Interior, de quien aseguró que “viene de la política tradicional y hay cuestionamientos y acusaciones desde el lado feminista. Su esposa lo defiende. Ya sé que puede haber subordinación, pero un presidente no puede tomar decisiones por un ‘puede’, sino por hechos”.
Y concluyó que “su hijo (el de Benedetti) estuvo a punto de suicidarse con aquella andanada de la prensa. Su propia esposa me pide que no lo destruya. Una mujer conoce a un hombre; ¿puede una mujer destruirlo? Claro que puede. También un hombre puede destruir a una mujer. Pero no destruir a las personas es dar una segunda oportunidad. El único proceso judicial en firme en su contra es por tráfico de influencias. Si me pongo a ver todo lo que me rodea, todos hacen tráfico de influencias. Todos intentan influenciarme”.
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