Estados Unidos y Ucrania están a punto de firmar un acuerdo que podría cambiar rotundamente el futuro económico y geopolítico de ambos países.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski visitará este viernes la Casa Blanca y discutirá con Donald Trump un pacto que incluiría la reconstrucción de Ucrania, devastada por la guerra, y el tema central, el acceso estadounidense a los minerales de tierras raras del país europeo.
Trump, quien confirmó la reunión, aseguró que su administración espera con ansias el acuerdo que permitiría a Estados Unidos “recuperar el dinero invertido” en Ucrania, mientras obtiene acceso a recursos naturales clave.
“La asociación con Ucrania nos traerá grandes beneficios en términos de tierras raras. Necesitamos mucho estos minerales y ellos tienen algunos de los mejores del mundo”, afirmó el mandatario.
Aunque Trump se ha centrado en darle relevancia a los acuerdos en torno a la explotación de minerales, la firma del acuerdo tiene profundas implicaciones geopolíticas para Ucrania y Europa.
La realidad es que Estados Unidos busca salirle adelante a China en la producción y procesamiento de tierras raras, materiales esenciales para la fabricación de tecnología avanzada, equipos militares y vehículos eléctricos.
Ucrania posee 21 de los 30 minerales considerados estratégicos por la Unión Europea, lo que representa cerca del 5% de las reservas mundiales.
Muchos de estos depósitos se encuentran en regiones actualmente ocupadas por Rusia, especialmente en el sur del país y bajo el mar de Azov.
Entre los minerales más valiosos que alberga Ucrania de esas llamadas “tierras raras”, utilizadas en la fabricación de microchips, baterías y sistemas de defensa, están:
Litio: esencial para la industria de los vehículos eléctricos, que está en un crecimiento exponencial, en donde Tesla, una de las empresas de Elon Musk, tiene un importante mercado.
Grafito y níquel: fundamentales para la producción de baterías y elementos relacionados con producción de energías renovables.
Estos elementos de gran relavancia para muchas industrias millonarias, no han sido aprovechados al máximo por Ucrania, su explotación ha sido limitada debido a la guerra y a la falta de infraestructura. La inversión estadounidense podría cambiar esta situación.
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El interés de Estados Unidos en los minerales ucranianos no es casualidad. Actualmente, China controla entre el 60% y 70% de la extracción mundial de tierras raras y casi el 90% de su capacidad de procesamiento. Esto es lo que ha generado preocupación en Washington, especialmente en términos de seguridad nacional, ya que estos materiales son clave para la industria de defensa y la tecnología.
Con el acceso a las reservas ucranianas, Estados Unidos podría reducir su vulnerabilidad y fortalecer su posición frente a Pekín, no solo en cuestiones armamentísticas, sino también en la guerra comercial que tienen ambos países, ganarla es uno de los principales objetivos de Trump.
Rusia es un actor clave en esta ecuación. Pues en el desarrollo de la guerra, Moscú tomó el control de varios de los yacimientos más importantes de Ucrania en las regiones de Donetsk, Luhansk y Dnipropetrovsk, lo que explicaría el acercamiento que Trump ha tenido con Putin.
Mientras Estados Unidos y Ucrania negocian su alianza, Rusia ha dejado claro que no cederá los territorios ocupados. El Kremlin se mantiene en su posición, afirma que las cuatro regiones anexadas por Moscú, así como Crimea, son “parte integral de Rusia” y que su estatus “no es negociable”.
La reunión de este viernes entre Trump y Zelenski podría redefinir el mapa geopolítico de los próximos años. Para Ucrania, representa una oportunidad que aporte a su reconstrucción y un parte de seguridad en su alianza con Occidente. Para Estados Unidos, es una jugada estratégica que le permite avanzar en su competencia con China. Sin embargo, el éxito de este acuerdo no es claro aún, pues Zelenski no se ha mostrado a favor de reconocer la soberanía de Rusia en los territorios anexados.