Después de más de 40 años de enfrentamientos entre el grupo revolucionario Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el Estado turco, el grupo armado anunció que dejará las armas.
Abdullah Öcalan, líder histórico de la guerrilla kurda, anunció la disolución del movimiento armado. En un mensaje que fue leído en Estambul por legisladores kurdos que sirvieron como emisarios, el dirigente de 75 años, que hoy se encuentra en prisión, pidió que “todos los grupos depongan las armas” y que el PKK se disuelva.
Entérese: Más del 70% de los municipios del país están en riesgo por presencia de grupos armados ilegales, según la Defensoría
“El llamamiento lanzado por el señor Devlet Bahceli, así como la voluntad expresada por el presidente, y las respuestas positivas de los demás partidos políticos a este llamamiento, han creado un entorno en el que lanzo una solicitud a deponer las armas y asumo la responsabilidad histórica de este llamamiento”, afirmó Öcalan en su declaración.
El mensaje del líder kurdo se da a raíz de las conversaciones que se han desarrollado entre el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan y figuras relevantes del movimiento kurdo. Estas conversaciones fueron impulsadas y mediadas por el aliado del Erdogan y líder de la derecha turca, Devlet Bahceli.
El llamado hecho por el líder de la guerrilla ha causado ánimo en las calles del país, pero la respuesta del PKK a esta directriz aún es incierta, pues el grupo ha mantenido su lucha armada contra Ankara desde 1984, primero con el objetivo de crear un Estado kurdo independiente y luego buscando mayor autonomía en el sureste de Turquía.
El pueblo kurdo es una de las mayores “naciones” sin Estado en el mundo, con una población de entre 25 y 35 millones de personas repartidas entre Turquía, Irak, Irán y Siria. A lo largo del siglo XX, han buscado reconocimiento como Estado-Nación y autonomía administrativa. En la búsqueda de este reconocimiento se han enfrentando a persecuciones y represión en distintos países.
Entérese: Encuesta Invamer: guerrilla, paz y servicios públicos, con los récords de desaprobación
El PKK fue fundado en 1978 por Abdullah Öcalan con la intención de establecer un Estado kurdo en Turquía. Luego, en 1984, el grupo inició una lucha armada contra el gobierno turco, guerra que ha dejado más de 40.000 muertos.
Aunque en los últimos años el PKK ha reducido sus demandas a una mayor autonomía y derechos culturales, Turquía sigue considerándolo una organización terrorista, al igual que Estados Unidos y la Unión Europea.
Desde su arresto en 1999, Öcalan ha pasado 26 años en “régimen de aislamiento” en la prisión de la isla de İmralı. Sin embargo, durante su encarcelamiento, ha jugado un papel clave en los intentos de negociación con Ankara, aunque las conversaciones de paz han fracasado en varias ocasiones.
Le puede interesar: Colombiano enfrenta juicio en EE. UU. tras ser acusado por violación mientras trabajaba como repartidor de Uber Eats
El llamado de Öcalan a la disolución del PKK significa un giro contundente en la historia del conflicto kurdo-turco. Sin embargo, tras pasar más de 20 años en prisión, se teme que el líder kurdo haya perdido legitimidad entre sus filas. El gobierno de Erdogan celebra, pero no canta victoria hasta conocer la respuesta de los armados.
En el pasado, otros intentos de diálogo han sido rechazados tanto por los sectores más radicales del PKK como por algunas autoridades turcas que no ven con buenos ojos la negociación y han intensificado sus operaciones militares contra la guerrilla en los últimos años.
Si el PKK acepta la propuesta de su líder y entrega las armas, podría abrirse una nueva etapa en la relación entre los kurdos y el gobierno de Turquía. Aún existen dudas sobre si el Estado turco otorgará concesiones políticas a los kurdos o cuál será la transición que estos puedan hacer a la vida política.
Por ahora, es claro que buscarán un reconocimiento cultural con el fin de proteger su identidad como pueblo. Una mesa de diálogos es la opción más viable, lo cierto es que los enfrentamientos están a un paso de cesar.