El Pueblito Paisa se quedó sin la cama del cura, la silla del barbero y otros enseres, ¿dónde están que no aparecen?

El concejal de Bogotá, Juan Baena, y el presidente Gustavo Petro.

Debe ser que quedaron muy bien guardados los valiosos inmuebles que la alcaldía sacó del Pueblito Paisa para hacer las adecuaciones, pues llevan siete años buscándolos, supuestamente, y no han podido encontrarlos.

Los muebles fueron extraídos del Pueblito Paisa por la EDU antes de comenzar la remodelación del lugar, que terminó en 2021 y en la que se fueron $42.000 millones, una inversión que no cumplió con su promesa de revitalizar el lugar.

Siete años, ese es el tiempo que llevan los comerciantes haciendo maromas con los turistas, inventándoles historias y mentiras y excusas para justificar la ausencia de los elementos que le daban sentido a la escuelita, a la barbería, a la casa cural; mobiliario como una cama de 150 años antigüedad, un comedor de madera y cuero que tenían tallada la historia completa del Pueblito Paisa, cuadros originales de la artista primitivista María Villa, el ángel de la pila bautismal con un valor comercial de $7 millones. Todos esos elementos se los llevaron y no volvieron y con ellos se murió parte de la historia que los turistas llegaban ávidos a buscar.

Pero esa pérdida, realmente, no es el mal principal. Al recorrer el Pueblito Paisa la palabra que resume la experiencia es decadencia, o al menos la que más se le acerca. De la alcaldía, la emisora, la barbería, la escuelita, la casa silletera, la botica, la iglesia, la casa cural, de todo lo que conformó ese espléndido homenaje a la arquitectura antioqueña queda muy poco. La fotografía de una turista intentando tomar una foto de la barbería a través de un gran roto de la puerta cerrada es, tal vez, la imagen que resume el asunto.

La crisis actual que, según señalan los comerciantes, tiene al Pueblito Paisa en el peor momento de su historia, se fue formando progresivamente por varios factores. En primer lugar, los adversos resultados de la remodelación que, entre otras cosas, sacó a los vendedores de la plazoleta principal para regarlos en los alrededores. Así, prometió la alcaldía en su momento, traerían nuevas experiencias a los visitantes: zona de picnic y un pequeño mirador, pero ninguno de estos espacios fueron gancho suficiente para convocar los turistas que dejaron de ir por el deterioro del pueblito réplica. Luego llegó otro golpe contundente: el cierre del tradicional mirador, lugar de culto para familias medellinenses y visitantes, clausurado por EPM por riesgo de colapso del techo de los tanques que abastecen agua parte del Occidente de la ciudad, debido al flujo de gente. Por este tema, según conoció EL COLOMBIANO, se avecina tutela contra EPM, que busca la reapertura de parte del mirador, argumentando, entre otras cosas, que esta superficie hoy clausurada no perenece a la empresa sino a parte de la Comuna 16.

Y el remate de ese panorama llegó hace un año, con la nueva administración del lugar (que depende de la Secretaría de Turismo) y que creó un cortocircuito entre la administración y las asociaciones de comerciantes conformadas por 387 trabajadores, según explica Ana Libia Arias, vicepresidenta de la Asociación Asotracerros, y quien lleva 48 años como doliente del lugar.

Según detalla Ana Libia, fueron décadas de autogestión entre los comerciantes para hacerle mantenimiento al cerro y al pueblito, y luego hubo una seguidilla de administradores que, en mayor o menor grado, lograron sacar adelante planes y consensos en favor de este referente de ciudad. Sin embargo, no solo ella sino cada comerciante consultado, aseguran que la administradora actual les cerró los canales de diálogo. Ana Libia señala que durante años comerciantes y administración habían logrado acuerdos para echar a andar espacios que revitalizaron el Pueblito Paisa, como ferias y otros eventos. Eso acabó, resalta, con la actual administradora. Las ferias artesanal, de dulces, gastronómica, la de cerveza y la campesina, eventos icónicos que se convirtieron en infaltables para la agenda de ciudad, se acabaron, y con esto se les fue a los comerciantes al menos el 50% de los ingresos, aseveran.

Por eso, Ana Libia es enfática al sentar su posición sobre el interrogante que suscita el deterioro acelerado del Pueblito Paisa. ¿Es necesario construir un nuevo espacio que se adapte y compita mejor con la diversidad de oferta turística que hoy tiene la ciudad? Para la comerciante, lo que hace falta es lo contrario, revitalizar la arquitectura del pueblito, devolverle los eventos, los personajes tradicionales. La vida que perdió.

Tripadvisor tiene 1.643 recomendaciones de lugares turísticos por conocer en Medellín. Barrios de al menos 8 de las 16 comunas tienen oferta turística formal y algunas de estas iniciativas, como las surgidas en Manrique y Prado, tienen certificaciones por estar a la vanguardia de lo que se espera del turismo de élite. El panorama, en consecuencia, es completamente diferente a los tiempos en los que el Pueblito Paisa era el rey. Hoy, por ejemplo, este lugar carece de guías propios que enriquezcan la experiencia de los turistas que trepan el cerro para conocerlo. Las excursiones que llegan allí recorren el lugar en cuestión de 20 minutos, máximo media hora, con algunos comentarios someros que, según el relato de varios visitantes, no ofrecen valor agregado.

Elías Buriticá, un colombiano radicado en España que trabaja en el sector turístico, llegó hasta el lugar acompañado de sus jefes, dos belgas que llevaban años con deseos de conocer una de las ciudades latinoamericanas más cotizadas para los viajeros. Sin embargo, según Elías, la vivencia estuvo muy lejos de la que sus acompañantes esperaban, aunque asegura que era algo que él presumía, a pesar de llevar 15 años sin visitar el pueblito.

“El Pueblito Paisa tenía, creo yo, dos factores que lo hicieron un lugar de culto para las familias y turistas: uno, su valor arquitectónico y simbólico, los materiales que fueron rescatados de la inundación de El Peñol y representaba las características de los pueblos de Antioquia. Lo segundo, que justamente en tiempos en los que era difícil viajar permitía, en la propia ciudad, tener una pequeña experiencia pueblerina. Pero esta semana, por ejemplo, conocimos Concepción, que no tiene nada que envidiarle a los pueblos patrimoniales de Europa y que está a hora y media. Entonces, sí creo, como visitante y como trabajador del sector, que este lugar, por más emblemático que sea, carece completamente de lo que llaman experiencia ancla, algo que ofrezca único al turista”, expresó Buriticá.

Los comerciantes tienen ideas. Por ejemplo, tener municipios invitados cada mes, no solo los del departamento, sino los que hacen parte de la colonización antioqueña: Salamina, Aguadas, Santa Rosa de Cabal, y complementar el recorrido tradicional del pueblito con la cultura, la gastronomía de esos municipios invitados. También dicen estar dispuestos a meterse la mano al bolsillo para conseguir elementos que al menos tengan las características similares a los que se extraviaron y así poder reabrir completamente cada lugar del Pueblito. También señalan que quieren aportar en el mejoramiento físico del lugar, vía acuerdo con el Distrito.

Pero todo parte de la voluntad de las partes para sacar por fin de la crisis al Pueblito Paisa. EL COLOMBIANO se contactó con el secretario de Turismo, José Alejandro González, para conocer qué pasará con el mobiliario extraviado, qué posición tiene respecto a las actuaciones de la funcionaria señalada por los comerciantes y si su despacho tiene planeada una transformación mayor de este espacio. Desde la Secretaría aludieron a dificultades de agenda del secretario para profundizar sobre el tema. No obstante, el funcionario le aseguró a Q’hubo esta semana que se encuentran en la búsqueda del mobiliario extraviado, que en los próximos días tendrán listos los contratos para mantenimiento del Pueblito Paisa y que con las secretarías de Bienes y Suministros, Infraestructura y Cultura buscan coordinar proyectos mayores para devolverle al lugar el estado que merece.

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