El 29 de diciembre de 2024, Aguachica, Cesar, fue escenario de un horrendo crimen que culminó con la vida de Marlon Lora, Yurlay Rincón y sus dos hijos, Ángela y Santiago. Este suceso, inicialmente percibido como un ataque aleatorio, ha revelado una trama mucho más compleja, ligada a ajustes de cuentas entre narcotraficantes.
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En una audiencia reciente hecha en los juzgados de Paloquemao, en Bogotá, se desvelaron detalles que ayudan a comprender los acontecimientos que llevaron a este fatídico día. Jairo Andrés Miranda, José Miguel Leal, Jorge Valderrama y Leonardo Barraza, capturados tras el incidente, fueron acusados de planear meticulosamente un asesinato por encargo.
Según informaciones judiciales, el objetivo original no era la familia Lora Rincón, sino Zaida Andrea Sánchez, conocida como ‘la Diabla‘, quien era compañera sentimental de un criminal apodado ‘el Calvo’. El día del crimen, los sicarios siguieron a ‘la Diabla’ hasta una funeraria donde velaba a ‘El Calvo’. Aunque inicialmente perdieron de vista a su objetivo, consiguieron rastrearla hasta el restaurante Sorbetes y Jugos.
Sin embargo, en un trágico error, confundieron la camioneta de la familia Lora Rincón con la de Sánchez. Este error resultó en el asesinato de cuatro inocentes. Los atacantes, ejecutando sus balances, abrieron fuego en plena luz del día, causando la muerte instantánea de tres miembros de la familia y dejando a Santiago gravemente herido, quien falleció dos días después.
Según declaraciones de ‘la Diabla’ al periódico El Tiempo, ella negó cualquier vinculación con el crimen organizado, afirmando que su relación con ‘el Calvo’ era meramente sentimental. A pesar de esto, tras el ataque, ella logró huir del lugar, evitando así convertirse en otra víctima de este plan malogrado. El caso, que ha involucrado extensas investigaciones y el análisis de 300 horas de grabaciones de cámaras de seguridad, ha sido dirigido por un fiscal del Magdalena Medio, con la colaboración de agentes de Barranquilla, Bogotá, y Bucaramanga.
La captura de los sospechosos se hizo en el Norte de Santander, añadiendo un capítulo más a la sangrienta historia del crimen en Colombia. Desafortunadamente, la violencia asociada a este caso no terminó con las capturas. En enero de 2025, ‘la Diabla’ fue asesinada fuera de un hotel en Medellín, un asesinato que sugiere posibles represalias y que plantea nuevas preguntas sobre las dinámicas de poder y traición dentro del narcotráfico colombiano.