Un triste récord de 55.659 víctimas de desplazamiento forzado alcanzó la subregión del Catatumbo, en Norte de Santander, por cuenta de la escalada terrorista desatada por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) desde el pasado 15 de enero.
Así lo informó el Ministerio de Defensa en el más reciente boletín del Puesto de Mando Unificado. El documento confirmó que, a la fecha, han sido evacuadas 752 personas que estaban en peligro o confinadas (en 67 vuelos).
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Desde 1997, cuando comenzó el registro oficial de desplazados, no se documentaba una cifra tan alta en un solo episodio.
Los homicidios confirmados son 76, aunque el subregistro podría ser mayor, pues las autoridades indicaron que los grupos criminales involucrados en el conflicto (ELN y frente 33 de las Farc) se han llevado algunos cadáveres de sus propios combatientes.
La mayoría de muertes registradas son de los municipios de Tibú (37), Teorama (22) y El Tarra (10).
En cuanto a los desmovilizados de las Farc, que fueron declarados objetivo militar por parte del ELN, las autoridades lograron evacuar a 52, pero cinco más siguen desaparecidos.
En el marco de la intervención militar, 30 menores de edad que estaban en las filas enemigas fueron recuperados; 106 miembros del frente 33 de las Farc se entregaron a las autoridades y otros cuatro del ELN.
Con este escenario, el nuevo ministro de Defensa, general (r) Pedro Sánchez Suárez, viajó a la zona este miércoles. En Cúcuta se reunió con alcaldes, delegados de la Gobernación de Norte de Santander, la Policía y las FF. MM.
“Hemos tomado decisiones concretas: reforzaremos el pie de fuerza en la región, intensificaremos las operaciones contra las estructuras criminales y desplegamos medidas especiales para protegerlos a ustedes (los ciudadanos)”, dijo Sánchez.
De momento se han desplegado 10.139 soldados, 496 policías de sus fuerzas especiales y 22 investigadores de homicidios. El ministro no precisó cuántos más serán enviados al Catatumbo.
Expresó que a pesar de las capturas e incautaciones que se han presentado, “todavía estamos cortos, no es suficiente. No descansaremos hasta que (los civiles) puedan vivir en paz”.
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