Argumentando economía y agilidad en los desplazamientos en medio de una movilidad cada vez más colapsada, el uso de moto para el transporte de personas mediante aplicación viene en incremento en el mercado. Sin embargo, hay preocupación porque en siniestros viales en la ciudad ya han muerto siete pasajeros de aplicaciones entre 2024 y lo que va de 2025, según la Secretaría de Movilidad de Medellín.
Tan solo este año se han registrado dos muertes, ambas de mujeres que tomaron estos servicios para desplazarse y en el trayecto se presentaron accidentes, uno en el que la moto ni tuvo la responsabilidad, pero en el que se evidencia la peligrosidad de este medio de transporte y más para servicio público.
La víctima del caso mencionado fue Astrid Elena Londoño Granados, de 48 años, quien falleció por cuenta de un taxi sin frenos en la carrera 83 con calle 101CC, en el barrio El Picacho, noroccidente de Medellín. Esta mujer se dirigía hacia su trabajo cuando ocurrió el siniestro, a unas cuadras de su casa.
La otra fallecida en moto de aplicación este año se presentó el 7 de enero en la carrera 46 (avenida Oriental) entre calles 52 (La Playa) y 50 (Colombia), cuando el motociclista colisionó contra uno de los bordillos que segmentan el corredor de metroplús al intentar esquivar a un habitante de calle haciendo que Vanessa Sepúlveda Castro, de 24 años, quien iba de pasajera, cayera a la vía y se golpeara contra estos separadores. La pasajera falleció en el sitio y el conductor resultó gravemente lesionado.
El secretario de Movilidad de Medellín, Mateo González Benítez, expresó que “lo que hemos empezado a ver en la ciudad es que las plataformas de transporte empezaron a vincular motocicletas y eso empezó a generar una atomización de la problemática. Hoy muchas veces las personas prefieren rapidez, comodidad y economía a la hora de movilizarse, y eso está haciendo que pasajeros, por ejemplo, del transporte público, migren hacia el mototaxismo”.
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Destacó que este medio de transporte, sea mediante aplicación o por contratación directa, es ilegal y no está avalado por el Ministerio de Transporte, por lo que los agentes están pendientes para realizar operativos contra quienes usan sus motos para servicio público, de manera ilegal.
Incluso hay situaciones en las cuales el servicio lo prestan conductores sin mayor experiencia manejando estos vehículos, lo que aumentaría el riesgo de siniestralidad. Todo sumado a que, de acuerdo con denuncias de pasajeros, algunos de estos motorizados incurren en conductas peligrosas.
“Si se chocan, debe haber un seguro que responda a terceros, de que la moto y el vehículo estén en adecuadas condiciones mecánicas, que el conductor sea una persona idónea y que si hay algún accidente también tengamos una aseguradora que responda. El problema más común es que muchas veces hay motos sin Soat, sin revisión técnico mecánica, el conductor no tiene licencia”, agregó el funcionario.
Se estima, de acuerdo con datos entregados por Indrive, que hay unas 7.000 motocicletas prestando este servicio en el Valle de Aburrá, en medio de un parque automotor de motos que actualmente está en 1.089.000 motos, de acuerdo con el Área Metropolitana.
Didi indicó que esto les ha permitido a las personas ahorrarse $2.800 millones, lo que representa el 3% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, señalaron que mientras el 65% de los conductores aumentaron sus ganancias prestando este servicio, el 88% de personas confían en este medio de transporte.
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Ante el incremento de esta modalidad de transporte, EL COLOMBIANO consultó a los directivos de las principales aplicaciones para conocer los protocolos que se tienen para seleccionar a los conductores
Cristian Alfonso, director de Seguridad de Indrive para Latinoamérica, explicó: “Hacemos la solicitud de los documentos de ley y se le pide tanto foto del vehículo como de la persona, para las verificaciones respectivas”.
Para el caso de Uber, además de la solicitud de la documentación, un externo se encarga de hacer la evaluación de los antecedentes de movilidad y judiciales del conductor para garantizar que este sea idóneo para el servicio.
Además, para que este transporte sea seguro, desde las aplicaciones les piden a los usuarios hacer la verificación del vehículo y del conductor, para evitar que sea otra persona la que vaya manejando o el transporte se presente en otro vehículo.
“Antes de que un arrendador empiece un trayecto con la app, se le pedirá que revise una lista de verificación de seguridad interactiva. Esto sirve como un recordatorio para tomar las precauciones necesarias, como revisar las llantas, los frenos y las marchas, usar el equipo de seguridad y seguir las reglas de tránsito”, señalaron desde Uber.
En caso de un accidente, las aplicaciones que respondieron cuentan con pólizas con aseguradoras para complementar a los que cuentan las motos de base, como el Soat. Además, desde Didi explicaron que el 99,99% de los servicios que se hicieron terminaron sin reporte de incidentes, pero “en caso de un incidente, lo más importante es que las personas afectadas reciban atención médica inmediata a través de los servicios de emergencia”.