El transporte público todavía es un campo de trabajo en el que se advierte una disparidad de oportunidades relacionadas con el género y por eso, con el fin de disminuir esas brechas y promover la equidad, Taxmóvil, que agremia a varias empresas de taxis del Valle de Aburrá, acaba de abrir cien cupos para enganchar a conductoras de este tipo de vehículos.
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La iniciativa, dirigida exclusivamente para ellas, con el objetivo de fortalecer la presencia femenina en el transporte individual “promoviendo un entorno laboral más inclusivo y diverso”, fue anunciada con ocasión del Día de los Derechos de las Mujeres, que se conmemora este 8 de marzo.
De Taxmóvil hacen parte compañías reconocidas como Tax Andaluz, Tax Antioquia, Cootrasmede, Tax Super, Tax Belén, TransBrasil, Siderense, Sabatax y Tax El Rey.
“Con esta iniciativa, reafirmamos nuestro compromiso con la inclusión, la igualdad de oportunidades y la mejora del servicio de transporte en la región, apostando por una nueva era para los taxistas en la ciudad”, apuntó el presidente de la Asociación de Empresas de Servicio Público de Transporte Terrestre Automotor Individual de Pasajeros de Medellín (Asemptaxis), Jorge Zarate.
Las mujeres interesadas en postularse a uno de los puestos de trabajo pueden enviar su hoja de vida al correo apptaximovil@gmail.com o comunicarse al teléfono 604 2659692, con el fin de iniciar el proceso de selección.
Una fuente de Taxmóvil aclaró que en estos casos la relación laboral es con cada una de las empresas y suele ser a término indefinido, pero bajo una modalidad que no contempla un salario fijo sino un esquema de liquidación diaria por parte de las conductoras, que luego de entregar el monto definido, se quedan con la ganancia.
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Blanca Nubia Restrepo es una de las 300 mujeres taxista que se estima hay en Medellín, según algunos cálculos realizados por líderes del sector.
En su concepto, a las mujeres les toca ganarse su lugar en ese gremio que ha sido más colonizado por hombres y alrededor del cual se ha cultivado una cultura machista. Pero, contrario a lo que se cree, esa actitud se advierte más por parte de los clientes que de los propios colegas.
“Yo era muy decente, pero uno aquí se tiene que volver grosero, vulgar y mal hablado porque no falta el que crea que uno está buscando marido y muchas veces me ha tocado bajarlos del carro. Pero también hay mujeres groseras”, apunta la afiliada a la empresa Cootransmede.
Ella, de 48 años, administradora de empresas graduada y con una hija en la universidad, lleva seis años en el oficio. La incursión inicial fue debido a que consiguió un novio taxista y compró un vehículo de servicio público para que él trabajara, pero muy pronto este empezó a dejar de liquidar la cuota que le debía reconocer, ni le dejaba ver el carro y para completar desaparecía con él por periodos largos.
Como se sumó que a ella se le acabó el trabajo en la empresa donde laboró por 28 años, le pidió el carro a su entonces pareja para encargarse ella misma del negocio que le proveyera la subsistencia.
Asegura que en un principio fue muy duro porque tuvo que empezar por aprender a conducir. Inicialmente comenzó “ruleteando” es decir buscando carreras a medida que circulaba por el Valle de Aburrá, pero hace tres años se habituó al uso de las aplicaciones digitales y el asunto mejoró.
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Aunque sigue pensando que “la calle es muy dura” ahora se siente afianzada en lo que hace y planea quedarse
“Ya me volví una tesa, me gusta ser taxista y me va bien”, afirma tras sostener que las posibilidades de éxito en este campo son mayores para las mujeres, porque “los hombres son muy sinvergüenzas. Salen dizque a trabajar y son por ahí debajo de un árbol tomando tinto una o dos horas, y así no es”.