Son varios los casos de intolerancia que han reportado las autoridades en Medellín y municipios cercanos en los últimos dos años, que han terminado en lamentables hechos con personas lesionadas de gravedad y hasta homicidios. De hecho, por ejemplo, en Medellín la proporción de asesinatos por problemas de convivencia casi que igualaron a los que corresponden a disputas entre estructuras criminales.
Al respecto, la Policía Metropolitana entregó un preocupante dato: en lo corrido de 2025 van más de 30.000 llamadas por riñas en todo el Valle de Aburrá, de las cuales 23.000 corresponden a Medellín. El 48 % de los casos que llegan a la Policía Metropolitana son por hechos de intolerancia.
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De acuerdo con su comandante, brigadier general William Castaño Ramos, una de las zonas donde más casos de estos se presentan es el Centro de la ciudad, comuna 10, La Candelaria, donde justamente también hay preocupación por el incremento de los homicidios en más de un 100%, al pasar de 7 a 15 en lo que va del año respecto al mismo periodo de 2024.
El comandante sostuvo que en el Centro de Medellín, la mayoría de estos hechos se han presentado por intolerancia social, con la característica particular de que en esa zona confluyen por lo menos un millón de personas cada día. “La mayoría de casos (homicidios) que se han presentado allí han sido por intolerancia social, producto de riñas, arma blanca, que termina primero en una lesión y posteriormente en la muerte de las personas”, dijo el general Castaño Ramos, quien enfatizó en que este problema no es solo de la comuna 10 de Medellín, sino que afecta otros barrios de la ciudad y también de otros municipios del área metropolitana.
El comandante aclaró también que cuando ingresa una llamada a la línea de emergencias 123 para reportar una riña o una discusión entre vecinos, de inmediato se activa una unidad de vigilancia para que llegue al sitio y atienda el caso. Esto, con el fin de que el hecho escale y termine en una tragedia, como tantas veces ha sucedido, incluso por pedirle a alguien que baje el volumen de la música.
“Lo que puede empezar con una discusión de palabras puede terminar con la utilización de un arma blanca, con la utilización de un arma de fuego y acabar con la vida de una persona o en el mejor de los casos una lesión, que también es grave”, señaló el funcionario.
A esto se suma otro grave dato: el año 2024 cerró con 40.000 denuncias en todo el área metropolitana por violencia intrafamiliar, en la que las mujeres y los niños y niñas siguen siendo las principales víctimas, muchas veces lesionados, y que puede tener subregistro porque muchas veces los casos no se denuncian.Lea también: A puño y pata terminó operativo en la Bayadera, en Medellín
Ante este panorama, dijo el general Castaño Ramos, ambos hechos, tanto la intolerancia social como la violencia intrafamiliar están siendo priorizados en su atención. En los hechos de la primera, hay que recordar que es importante reportar de inmediato, cuando se trata de violencia contra la mujer se puede llamar a las líneas 123 Agencia Mujer de Medellín o 123 Mujer Antioquia para los demás municipios. También se pueden reportar agresiones contra los menores de edad en el 141 del Icbf, en comisarías de Familia, la Fiscalía o la Personería, entre otras instituciones.
Respecto a los hechos de intolerancia uno de los llamados de las autoridades, que reitera el general, es que cuando se presente una discusión entre vecinos es importante medirse, no tratar de imponerse para “demostrar quién es el más berraquito”, porque ello puede terminar en un hecho tan grave que implique hasta una judicialización.
“Si tenemos una discusión con un vecino, si tenemos una diferencia con un vecino, pues están las instancias correspondientes para atender este tipo de casos: están las comisarías de Familia, las inspecciones de Policía, los centros de conciliación que tiene la Policía Nacional, que tienen las cámaras de Comercio; hay diferentes instancias para poder mediar los conflictos que hay entre las comunidades”, agregó el comandante.
En el caso del Centro de Medellín, señaló también, se trabaja en coordinación con la Secretaría de Seguridad, con gestores sociales, para fortalecer la presencia en algunos puntos donde confluye tanta gente. Asimismo, se adelantan planes permanentes de desarme y de incautación de armas blancas, porque son las que más se usan para cometer las lesiones y los hurtos en ese sector.
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