La Conmebol multó con 50.000 dólares al club Cerro Porteño de Paraguay por un acto de racismo y prohibió el acceso de su afición a los estadios donde se disputa la Copa Libertadores Sub-20, actualmente en desarrollo en ese país sudamericano.
La sanción responde a una denuncia presentada por el club brasileño Palmeiras tras el partido del pasado jueves en el estadio Gunther Vogel, en San Lorenzo, a las afueras de Asunción, donde el equipo paulista se impuso por 3-0.
El partido se vio manchado por actos de racismo por parte de aficionados del equipo local, quienes realizaron gestos ofensivos y llamaron “mono” a varios jugadores brasileños.
Visiblemente afectado por el incidente, el delantero Luighi rompió en llanto ante las cámaras al finalizar el partido. Su reacción generó indignación y una ola de repudio contra los actos de racismo, incluyendo pronunciamientos del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y del presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
La comisión disciplinaria de la Conmebol otorgó un plazo de 30 días para el pago de la multa y, como sanción adicional, ordenó al club llevar a cabo una campaña de concientización contra el racismo a través de sus redes sociales.
En dicha campaña deberán participar todos los jugadores de Cerro que compiten en la Libertadores Sub-20, que finaliza el 16 de este mes. La comisión también determinó que los próximos partidos de Cerro Porteño se disputarán a puertas cerradas.
“Podrán acceder al estadio única y exclusivamente los miembros de las delegaciones, incluidos los jugadores, cuerpo técnico, personal médico, restantes oficiales y directivos de los clubes”, advierte la Conmebol.
Simultáneamente, el entrenador del equipo paraguayo, Jorge Daniel Achucarro, fue sancionado con dos partidos y se le advirtió que, en caso de reincidir en cualquier infracción a la disciplina deportiva, será excluido del torneo.