El Atanasio Girardot fue un hervidero de emociones. Las tribunas, teñidas de verde y blanco, vibraban con cada cántico, cada bandera ondeando al viento, cada hincha que sabía que este no era un partido más. América de Cali llegaba con un nivel similar al de Nacional, invicto, con argumentos sólidos, pero con una decisión errónea que condicionaría el duelo desde el primer minuto: Juan Fernando Quintero, su mejor hombre, iniciaba en el banco de suplentes.
El equipo de Javier Gandolfi, con una sola modificación respecto a la escuadra que venía de golear 5-1 a Fortaleza –el ingreso de Jorman Campuzano en lugar de Juan Manuel Zapata–, salió con la intención de marcar diferencia temprano. Pero Jorge Soto, arquero del América, tuvo una noche inspirada. Voló de palo a palo, achicó con valentía y ahogó el grito de gol de miles de fanáticos verdolagas que ya celebraban antes de tiempo.
El partido era un monólogo ofensivo de Nacional, pero la pelota no entraba. Hasta que, al borde del descanso, un balón parado destrabó la historia. Un centro al área encontró la cabeza de Alfredo Morelos, quien, con un frentazo certero, venció la resistencia de Soto y desató la locura en el Atanasio. Golazo. Justo premio para un equipo que fue al frente sin miedo y sin pausas.
Para la segunda mitad, América intentó recomponer su planteamiento y mandó al campo a Quintero. Con su talento, los escarlatas comenzaron a generar más peligro, aunque Nacional se mantuvo firme en defensa. La gran polémica del partido llegó cuando el árbitro sancionó un penalti por una supuesta mano de William Tesillo dentro del área. La respiración de los hinchas quedó en suspenso. Sin embargo, el VAR intervino para mostrar lo evidente: el balón primero impactó el cuerpo del defensor antes de tocar su brazo, lo que por normativa invalidaba la infracción. Decisión corregida y alivio en la tribuna.
América no bajó los brazos y tuvo en Duván Vergara su mejor opción para el empate. Un remate potente que llevaba destino de red encontró la figura de David Ospina, quien con reflejos felinos sacó una pelota imposible, ratificando por qué es prenda de garantía en el arco verde.
El pitazo final desató la celebración. Nacional no solo superó una prueba de fuego ante un rival fuerte, sino que le quitó el invicto a América. Además, sumó 13 fechas sin perder en el Atanasio por Liga y se acercó peligrosamente al liderato que ostenta el Medellín.
Ahora, el sábado, frente a Envigado, los verdolagas tendrán otra oportunidad para seguir en la lucha por la cima del campeonato. La ilusión sigue intacta, y la hinchada, como siempre, estará ahí para empujar al equipo hacia la gloria.