La proyección de ventas de Cementos Argos ronda para este año unas 4,5 millones de toneladas de este material, cifra similar a la 2024, y que estará sustentada, en parte, en iniciativas como las que dio a conocer el fin de semana el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón.
Y es que si bien las obras de infraestructura y concesiones viales de cuarta generación (4G) dinamizaron el consumo de cemento en sus momentos pico, requiriendo hasta 600.000 toneladas al año, los planes de infraestructura local resultan más relevantes.
Así lo explicó Carlos Horacio Yusti, vicepresidente de Cementos Argos para Colombia, quien resaltó los proyectos que actualmente se ejecutan en Bogotá, como las obras de Transmilenio o el metro de la capital del país.
Otra ciudad en la que se está viendo un dinamismo favorable del desarrollo de infraestructura es Cartagena, donde la actual administración está ejecutando obras para satisfacer necesidades básicas para los habitantes.
Según Yusti, algo similar viene ocurriendo en Cali, mientras que en Medellín y otras regiones empieza a verse “mucho movimiento”.
En ese contexto, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, sostuvo que en próximos días arrancará una tanda de licitaciones de proyectos de infraestructura vial por más de $410.000 millones.
De ese inventario hacen parte la pavimentación de vías en ocho corredores, la atención de 82 puntos críticos en vías y la intervención en 35 puentes.
“Además, impulsamos las Alianzas Público Privadas (APP) para conectar el Oriente, Suroeste, Nordeste y Magdalena Medio”, anotó Rendón.
Yusti reconoció que la ejecución de las obras regionales puede reemplazar el boom que tuvieron los proyectos 4G, e incluso pueden tener un impacto mayor, porque las iniciativas locales son casi que constantes y surgen en diferentes sitios de la geografía, mientras que la ejecución de las grandes obras nacionales están limitadas a los contratos de concesión.
“Una de las grandes preocupaciones del Gobierno, en los inicios de las 4G, era la capacidad instalada de los proveedores para abastecer la demanda de materiales. Y esos proyectos que se contemplaban para el periodo 2015-2019 aún se están terminando”, mencionó el empresario.
En momentos que escasean los subsidios del Gobierno Nacional para la compra de casa nueva, Cementos Argos considera que la feria Expoinmobiliaria, que se celebró el fin de semana en Medellín, se convierte en un termómetro del sector.
Es así como Eduardo Loaiza Posada, gerente de Camacol Antioquia, destacó el éxito del certamen que contabilizó cerca de 20.000 visitantes, en su mayoría compradores interesados en proyectos de vivienda.
El dirigente gremial resaltó que la feria fue una plataforma clave para generar confianza en el sector, evidenciado en la histórica disminución de las tasas de interés hipotecarias, que pasaron de 17,5% a menos del 10%. Esta situación ha permitido atender un mercado represado, lo que promete un impulso significativo para la construcción en Antioquia y la economía regional.
El sector de la construcción en Antioquia, según las cifras de Camacol, inició el 2025 con cerca de 18.000 unidades de vivienda en preventa.
Así las cosas, Cementos Argos estima que la dinámica tendrá una tendencia a mejorar, toda vez que la venta de vivienda está sujeta a un ciclo de mediano plazo (3 años como mínimo).
En otras palabras, un comprador que el fin de semana se decidió por una vivienda tendrá que esperar como mínimo 36 meses para que el constructor se la entregue.
“Veníamos con unos viento de cola, con ventas de más de 220.000 unidades y un programa de subsidios sin topes, pero la incertidumbre en la asignación de esos recursos bajó las proyecciones de ventas a 120.000 viviendas al año y las iniciaciones se han caído”, detalló Yusti.
Analistas económicos de Bancolombia mencionaron que las iniciaciones de proyectos de vivienda seguirán en terreno negativo en 2025, aunque con una contracción más moderada, de 2,6%, lo que sugiere una recuperación gradual.
Esta menor caída responde a la estabilización en los costos de materiales de construcción, que han funcionado como un amortiguador frente al aumento en los costos laborales, y a una mejora en la disponibilidad de insumos. No obstante, el sector sigue enfrentando desafíos clave, como los tiempos prolongados en los trámites regulatorios y la incertidumbre sobre la continuidad de los subsidios de Vivienda de Interés Social (VIS).