La próxima semana, el canciller Luis Gilberto Murillo viajará a China para formalizar el camino de lo que hace un año había sido casi descartado durante la visita oficial del presidente Gustavo Petro: la adhesión de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), lo que significaría un serio cambio en la política exterior.
(En contexto: Colombia no se adhirió a la Franja y la Ruta durante la visita del presidente Petro: ¿en qué quedan las relaciones con China?)
El megaprograma fue establecido en 2013 por el presidente Xi Jinping, inspirado en la antigua Ruta de la Seda, y busca consolidar una red global de cooperación y conectividad, sobre todo en ámbitos como el de infraestructura. Al proyecto han entrado más de 146 países, incluidos 22 de América Latina y el Caribe. De Suramérica no forman parte Guyana Francesa, Paraguay (porque tiene relaciones con Taiwán), Brasil y Colombia.
El proyecto ha despertado las alertas de Occidente y Estados Unidos, sobre todo porque la mayoría de quienes forman parte de esa iniciativa son países en vías de desarrollo y del hemisferio sur. Cabe anotar que el anuncio de la adhesión de Colombia se da en plena carrera presidencial estadounidense, entre Kamala Harris y Donald Trump, lo que podría ser un ingrediente adicional en cuanto a los intereses geoestratégicos y a las relaciones con ese país en el futuro cercano.
(Lea: El metro de Bogotá no estuvo en la declaración final de la cita Xi Jinping-Petro)
La semana pasada, en la noche del miércoles 2 de octubre, durante la conmemoración de los 75 años de la República Popular China en Bogotá, el viceministro de Relaciones Exteriores, Jorge Rojas, sorprendió con el anuncio: "Colombia entrará en la Franja y la Ruta de China después de una negociación en la que reconozcamos prioridades y necesidades de ambos países, con una visión plural e intersectorial".
La principal conclusión de la visita de Estado es que las relaciones sino-colombianas se elevaron al nivel de 'Asociación Estratégica', una de las 21 categorías con las que el país asiático determina su política exterior. Este es un nivel con el que ya se habían catalogado las relaciones con otros países de América Latina y Oriente Medio desde hace décadas.
El evento fue presidido por el embajador de Colombia en China, Zhu Jingyang, y estuvieron presentes varios políticos afines y miembros del gobierno Petro, entre ellos, Carlos Carrillo, director de la Unidad de Gestión de Riesgo (UNGRD); la senadora Gloria Flórez, designada el año pasado como coordinadora del Grupo de Amistad Parlamentaria Colombia-China, y hasta el expresidente Ernesto Samper.
"En mi residencia con muchos amigos, celebramos y delineamos nuevas perspectivas de la Asociación Estratégica entre China y Colombia", comentó Zhu.
Fuentes le aseguraron a este diario que el canciller Luis Gilberto Murillo viajará al país asiático para formalizar las negociaciones y firmará un acuerdo macro. Se sabe además que Colombia llevaría una contra propuesta y pondrá sobre la mesa "asuntos de trabajo conjunto", varios de ellos acordados el año pasado. Aún se desconocen las condiciones de la adhesión, así como las implicaciones comerciales y económicas —los ejes del BRI—, y el día de la firma final.
Lo cierto es que es una decisión que no tendría reversa alguna y se hace en una coyuntura clara: los 45 años de relaciones entre ambos países, que se conmemoran el próximo año, y la recta final del presidente Petro en el gobierno colombiano.
La Franja y la Ruta, el tema pendiente de Colombia y China
Tras el encuentro entre los presidentes Gustavo Petro y Xi Jinping el 25 de octubre del 2023, varios sectores cuestionaron el resultado de su reunión, pues se esperaba que se anunciara la adhesión del país al BRI, sobre todo por los antecedentes en la política exterior colombiana que daban cuenta de que el camino estaba casi que liberado para hacerlo.
En 2015, durante el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, se empezó a negociar un TLC con China, aunque no prosperó.
En 2019, el entonces gobierno del expresidente Iván Duque anunció que le propondría una estrategia de cooperación a China en vez de adherirse a la Franja y la Ruta, pero la estrategia terminó limitada y congelada por la pandemia. Sin embargo, desde la Cancillería se hablaba de que todo estaba listo para alcanzar el acuerdo.
En su primera entrevista desde Pekín, el embajador de Colombia en China, Sergio Cabrera, le dijo a EL TIEMPO que "China estaba interesada en que el país firme el memorando de adhesión". De igual forma, la llegada en agosto del 2023 de su homólogo chino a Bogotá, Zhu Jingyang, fue con una encomienda principal: "Que Colombia se sume pronto a la Iniciativa".
Reunión de Zhu Jingyang y Sergio Cabrera en Pekín. 2023.
Embajada de China en Colombia
El año pasado, las primeras declaraciones del presidente Gustavo Petro tras su llegada a la capital china daban cuenta de que uno de los objetivos de la reunión tenía que ver con que Colombia se alistara para entrar a la iniciativa, pero no se concretó.
Fuentes diplomáticas argumentaron entonces que "la relación y cooperación entre Colombia y China no dependía de la adhesión".
De hecho, el único apartado de la declaración conjunta que mencionó de forma directa el tema decía que el presidente Gustavo Petro "felicitó al Gobierno de China por la celebración del tercer foro internacional dedicado a la Iniciativa de la Franja y la Ruta" que se llevó a cabo una semana antes del encuentro. Y le propuso "crear un grupo de trabajo para fortalecer la comunicación y colaboración en aras de fomentar el desarrollo sostenible y la prosperidad común de los dos países".
Para Sergio Guzmán, director de la consultora Colombia Risk Analysis, lo que ocurrió en octubre pasado "fue una decisión cautelosa. Cada país tiene sus intereses y la Franja y la Ruta es uno de principal importancia para China. El presidente Gustavo Petro y Colombia también tienen los suyos, pero al parecer no coincidieron del todo. Es muy claro que China no le va a firmar un cheque en blanco a Colombia; China negocia acuerdos beneficiosos para ambas partes".
En palabras de David Castrillón Kerrigan, docente de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado y experto en China: "Hasta el último minuto había poca claridad si Colombia entraría o no. Retóricamente existía que entrara. El Presidente mencionó esto como uno de los temas relevantes, pero al final no se dio, y esto parece indicar que se pretendía usar la posible entrada de Colombia como una pieza en un ajedrez en el que estaban otros intereses en juego".
La principal conclusión de la visita de Estado fue que las relaciones sino-colombianas se elevaron al nivel de 'Asociación Estratégica', una de las 21 categorías con las que el país asiático determina su política exterior. Este es un nivel con el que ya se habían catalogado las relaciones con otros países de América Latina y Oriente Medio desde hace décadas.
Hoy parece que ese nivel permitió que las relaciones se mantuvieran a velocidad crucero y se consolidara una cercanía más estrecha entre gobiernos, lo que permitió el cometido estratégico.
China, segundo socio comercial más importante de Colombia
En la última década, China se ha consolidado como uno de los principales socios comerciales de Colombia. Pasó de una participación concentrada en el sector minero energético a estar presente en otros sectores, que van desde las telecomunicaciones, vehículos, textiles hasta la infraestructura y el turismo. El mayor salto notorio se dio justo después de la pandemia: la inversión de ese país pasó de 83,5 millones de dólares en 2021 a 265,5 millones de dólares en 2022, según datos del Banco de la República.
Proyectos como la primera línea del Metro de Bogotá, la autopista al Mar en Antioquia, el Puerto Antioquia y el Regiotram de Occidente forman parte de la lista de contrataciones millonarias con empresarios chinos. A lo que se le suma cada vez más la presencia de grandes empresas, como BYD y Huawei.
Presidentes Xi Jinping y Gustavo Petro se reunieron en el Gran Palacio del Pueblo, de Pekín, China, el 25 de octubre de 2023.
Cancillería de China
Según cifras de la Dian, que analizó la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), las exportaciones de Colombia a China entre enero y julio de este año aumentaron un 23 por ciento, al pasar de 1.306 millones de dólares en 2023 a 1.580 millones de dólares en 2024.
Los datos indican que el 78,3 por ciento de los productos que exporta Colombia hacia China son de la canasta minero energética y el petróleo representa el 43,3 por ciento de esta participación. Le sigue el carbón, con un aumento del 200 por ciento: pasó de 146 millones de dólares en ese periodo en 2023 a 472 millones de dólares en 2024. La Guajira es el departamento que más exportaciones contabiliza porque el 93,4 por ciento del carbón que se exporta a China proviene de esta región.
Analdex también señala que entre los diez productos que más exporta Colombia al gigante asiático está el café, que pasó de 40 millones de dólares entre los primeros siete meses del 2023 a 106 millones de dólares en 2024, un aumento del 165,7 por ciento.
Entre los productos destacados también están el ferroníquel, cobre, minerales de oro y esmeraldas sin ensartar.
En cuanto a importaciones, estas pasaron de 7.753 millones de dólares entre enero y julio de 2023 a 8.511 millones de dólares en 2024, un aumento del 9,8 por ciento. Los datos de la Dian señalan que Bogotá, Antioquia, Cundinamarca y Valle del Cauca son los principales departamentos receptores de productos chinos, sobre todo celulares, computadores, motos, neumáticos y aparatos de telecomunicación.
DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ
EL TIEMPO
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