A pesar del paro camionero y del incremento de 800 pesos en el precio del galón del Acpm las presiones inflacionarias continuaron cediendo en septiembre. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la variación de la inflación fue de 0,24 por ciento, menor al dato de 0,54 por ciento del mismo periodo del año anterior.
Con ello, la variación anual quedó en 5,81 por ciento, también menor a la cifra de 10,99 por ciento que reportó la entidad estadística hace un año.
"El último resultado anual inferior fue observado en diciembre del 2021, cuando la cifra fue de 5,62 por ciento. Cada vez nos vamos devolviendo más en el tiempo", aseguró la directora de la entidad estadística, Piedad Urdinola.
La variación anual por nivel de ingresos fue: pobres (5,55 por ciento), vulnerables (5,58 por ciento), clase media (5,81por ciento), ingresos altos (5,98 por ciento).
En junio, la variación anual subió a 7,18 por ciento, en julio bajó a 6,86 por ciento y en agosto quedó en 6,12 por ciento.
Al conocer la noticia, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, destacó que la reducción de la inflación fue de 753 puntos desde el pico de 13,34 por ciento que se alcanzó en marzo del 2023.
"La inflación de septiembre está bajo control. El Banco e la República tiene margen para recortar tasas y apoyar la reactivación", pidió el funcionario.
Inflación
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Educación jalonó; paró no afectó
En septiembre, el mayor incremento mensual se registró en el rubro de la educación, con un alza de 1,93 por ciento.
"Este incremento se debe a la mayor variación de los precios de la educación, en particular, primaria y secundaria acorde con el calendario B", explicó Urdinola.
En concreto, el Dane reportó que los mayores incrementos de precio se registraron en las subclases: educación secundaria (3,65 por ciento), educación preescolar y básica primaria (2,77 por ciento) y pagos por asesorías de tareas y clases dictadas por particulares (1,57 por ciento).
Después se ubicó la rama de Restaurantes y Hoteles, que aumentó un 0,49 por ciento. Aquí lo que más subió fue el pago por alimentación en comedores (4,61 por ciento), las bebidas calientes como el tinto o el chocolate (1,08 por ciento) y las gaseosas y otros refrescos en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio (0,65 por ciento).
Le siguió el rubro de la salud, que aumentó un 0,29 por ciento; el del transporte, otro 0,24 por ciento; y el Alojamiento, agua, electricidad y gas, 0,18 por ciento.
Piedad Urdinola, directora del Dane.
Sergio Acero/El Tiempo
Detrás, se ubicó la rama de los Alimentos y bebidas no alcohólicas que pese al paro camionero de la primera semana de septiembre solo subió un 0,11 por ciento.
"El paro no tuvo un impacto significativo en los precios de los alimentos en el mercado mayorista. Esto se debe, en parte, a su corta duración, lo que limitó el efecto inmediato en la oferta y la distribución. Aunque se observó un aumento temporal en los precios durante los días del cierre, este fue corregido en los días posteriores del mes, lo que permitió una recuperación en los niveles de precios", opinó Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia en Casa de Bolsa.
Incluso, Jackeline Piraján, economista Scotiabank Colpatria, dijo que a lo largo del mes se tuvieron retrocesos importantes en productos como la papa, la cebolla y el arroz que finalmente llegaron a los centros de abastecimiento a precios inferiores y que en promedio hicieron que la inflación de los alimentos fuera baja.
"El único rubro en el que se vio una afectación permanente en los precios fue el de frutas frescas porque usualmente no soportan tantos trayectos y tantos bloqueos en su transporte y cuando llegaron a los centros de acopio probablemente quedaron con un impacto más permanente que el resto", explicó.
Al contrario, en septiembre cayó la rama de la Recreación y Cultura, con una variación de -0,26 por ciento. Las mayores disminuciones de precio se reportaron en los cines y teatros (-3,90 por ciento) y los aparatos de procesamiento de información y hardware (-1,44 por ciento).
Ciudades con mayor y menor variación mensual
Por ciudades, las que registraron una mayor variación mensual en septiembre fueron Ibagué (0,48 por ciento), seguido de Popayán (0,48 por ciento) y Bucaramanga (0,48 por ciento).
Al contrario, con la menor alza están Valledupar (-0,52 por ciento), Cartagena (-0,33 por ciento) y Santa Marta (-0,29 por ciento).
Educación, lo que más ha aumentado en el último año
Si lo comparamos con hace un año, la educación es lo que más ha subido de precio, con un aumento de 10,76 por ciento en los últimos 12 meses.
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Le sigue la rama de los restaurantes y hoteles, con un alza de 9,08 por ciento; y el alojamiento, agua, electricidad y gas, que han subido otro 8,49 por ciento
También el rubro de las bebidas alcohólicas se ha incrementado un 6,24 por ciento y la salud, otro 6,16 por ciento.
Entre tanto, el transporte subió un 5,61 por ciento, los bienes y servicios, otro 4,05 por ciento; y los alimentos y bebidas no alcohólicas, otro 2,73 por ciento
Del otro lado, destaca que dos ramas están en negativo: la de la información y comunicación ha perdido un 0,76 por ciento en los últimos doce meses y la recreación y cultura, otro -0,01 por ciento.
Los menores incrementos de precio se registraron en la subclase de equipos de telefonía móvil, similares y reparación (-20,98 por ciento).
Expectativas de los analistas
Los analistas esperan que la inflación siga descendiendo en lo que resta del 2024, lo que permitiría al Banco de la República seguir bajando sus tasas de interés.
"Para final de año nuestra proyección es más o menos de una inflación del 5,2 o 5,3 por ciento", apostó Piraján de Scotiabank Colpatria.
Para Laura Katherine Peña, economista de BBVA Research, la inflación de alimentos seguiría bajando a pesar de que se enfrenta a cierta incertidumbre debido a factores climáticos.
María Alejandra Martínez, directora de Investigaciones Económicas de Acciones & Valores, afirmó que a futuro los riesgos que ve son la volatilidad cambiaria, el efecto que tengan los eventos climáticos asociados al Fenómeno de la Niña, las presiones de los combustibles y las expectativas del incremento del salario mínimo.
Noelia Cigüenza Riaño