SEÑOR DIRECTOR:
El dramático cambio del estado del tiempo que está padeciendo todo el planeta, debido en buena parte a la enorme deforestación de la Amazonia, requiere medidas mancomunadas urgentes de las grandes potencias mundiales. En cuanto corresponde a Colombia, vemos diariamente la destrucción de selva. Creación de hatos ganaderos, explotación de maderas y minerales, plantaciones de coca, etc., son el común denominador en nuestras selvas orientales, sin que las autoridades tengan la capacidad suficiente para detenerlas.
De nada sirven los buenos propósitos mientras las bandas criminales deforestan la selva amazónica impunemente porque, repito, el Estado no está en capacidad de atacarlos. Al paso que vamos, en muy pocos años no quedará rastro de nuestros bosques, lo cual impone medidas drásticas y rigurosas por todos los países, en especial por las potencias, creando fuerza s armadas que en asocio con las nuestras frenen la infame deforestación. De lo contrario, el planeta sufrirá ingentes catástrofes y nuestra propia capital, Bogotá, se convertirá en un yermo por la total ausencia de agua.
Héctor-Bruno Fernández Gómez
Un paraíso y sus gentes
SEÑOR DIRECTOR:
Un paraíso llamado Colombia; cuando vemos la diversidad de paisajes, música, comidas, dialectos, dichos, leyendas, castas, etc., podemos concluir que este es un país maravilloso es único. Tenemos los cinco pisos térmicos, lo cual nos convierte en una despensa constante de una gran variedad de productos alimenticios y en todas las épocas. En términos generales, la mayoría de los colombianos somos gente trabajadora, honrada, respetuosa, tolerante, responsable, servicial, cordial, solidaria, alegre, etc. Sin embargo, con el correr de los años se han desbarajustado algunos de estos principios esenciales en la formación de todo ser humano y los cuales necesariamente se dan en el origen de la familia, es decir, en los hogares. A lo anterior se suma el querer hacer fortuna a como dé lugar a corto plazo, y un Estado con leyes permisivas, donde los delitos se convierten en una forma de vivir, manda todo lo bueno al traste.
Gerardo Prada Ahumada
Control al racionamiento
SEÑOR DIRECTOR:
Creo que no se está actuando con rigor en los controles del racionamiento de agua. Quienes vivimos en el sector de Galerías en viviendas, y no en edificios con grandes tanques de almacenamiento, estamos sometidos a más de 35 horas sin recibir el preciado líquido, las duchas eléctricas se funden al no recibir suficiente agua para su buen funcionamiento. Mientras tanto, los administradores de los edificios tienen horarios de bombeo en la mañana, a mediodía y en la noche. Eso no es justo. Cuando abren las válvulas de la Empresa de Acueducto, la presión se gasta en llenar los tanques, y hasta que se llenen, los habitantes de casas solo recibimos aire. Solución fácil: controlar las válvulas totalizadoras de los edificios de apartamentos mediante registros fotográficos. Una foto al iniciar el racionamiento y su control a la hora que termine. Sanciones a quienes no envíen los registros o demuestren consumir el agua en las horas de racionamiento.
Alfonso Roa Barragán
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