Italia acusó el jueves a Israel de posibles “crímenes de guerra” luego de que la fuerza de la ONU (Finul) desplegada entre Líbano e Israel denunciara “repetidos” disparos israelíes contra sus posiciones, incluido uno que hirió a dos cascos azules.
El ejército israelí aseguró que antes de disparar “al lado” de su base, les había pedido a los soldados de la ONU permanecer “en espacios protegidos”. Sin embargo el incidente suscitó protestas de Washington, París, Roma, Madrid, Dublín y Yakarta, además de una reunión el jueves del Consejo de Seguridad del organismo en Nueva York.
Italia, uno de los principales contribuyentes de tropas a la fuerza con cerca de 900 militares movilizados, apuntó que los actos “podrían constituir crímenes de guerra”, mientras que Washington dijo estar “profundamente preocupado” por los acontecimientos.
Si bien Israel reconoció los disparos en Ras Al Naqura, insistió en que los militantes de Hezbolá, contra los que libra una guerra cada vez más intensa, operan cerca de los puestos de la ONU.
Se trata del peor incidente registrado por la misión de mantenimiento de la paz desde que la semana pasada dijera que había rechazado las exigencias israelíes de “reubicarse” de algunas de sus posiciones.
Los heridos, de nacionalidad indonesia, “están hospitalizados” aunque sus lesiones “no son graves”, precisó Finul.
El embajador de Indonesia ante la ONU, Hari Prabowo, denunció en el Consejo de Seguridad que el ataque “claramente demuestra cómo Israel se ha situado por encima del derecho internacional, de la impunidad y de nuestros valores de paz”.
“Graves riesgos”
La inquietud internacional por el incidente llegó en cascada.
España, que dirige la fuerza, pidió que se “garantice” la seguridad de los cascos azules e Irlanda lo calificó de un “acto irresponsable” que “debe cesar”.
La Casa Blanca se mostró “profundamente preocupada” por los informes de que Israel disparó contra la sede de las fuerzas de paz de la ONU en el sur de Líbano, informó el jueves un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
El jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo desde la cumbre ASEAN en Laos que el ataque a la misión es “inaceptable”.
Francia, que antes del incidente había solicitado al Consejo de Seguridad una reunión sobre el tema Líbano, “condenó cualquier ataque a la seguridad” contra los soldados de la ONU.
La Finul, que cuenta con unos 10.000 soldados de mantenimiento de la paz en el sur de Líbano, ha pedido de forma insistente una tregua desde que el 23 de septiembre se intensificó la escalada entre Israel y Hezbolá.
El jefe de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix, dijo el jueves en el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York que la fuerza internacional corre “graves riesgos” y que el domingo 300 cascos azules habían sido reubicados temporalmente en bases más amplias y está previsto el traslado de “otros 200”.
Ataque mortífero en Beirut
El ejército israelí anunció en la primeras horas del viernes que había matado a Mohamed Abdulah, jefe de la Yihad Islámica en el campo de Nour Shams en Cisjordania, durante un ataque aéreo el jueves. El movimiento islamista no confirmó de inmediato la muerte del comandante.
El jueves en la noche al menos 22 personas murieron en dos bombardeos israelíes en el centro de Beirut, en el ataque más mortífero contra la capital libanesa desde que Israel y Hezbolá entraron en guerra abierta.
Según el Ministerio de Salud de Líbano, 22 personas murieron y 117 resultaron heridas en los ataques aéreos que, de acuerdo a la agencia de prensa oficial ANI, golpeó dos barrios residenciales densamente poblados.
También el jueves, Hezbolá afirmó haber “destruido un tanque israelí que avanzaba” hacia Ras Al Naqura y que disparó cohetes contra otro frente de Israel que se acercaba a la ciudad fronteriza Mais al-Jabal.
Desde que comenzó el intercambio de artillería entre Israel y Hezbolá, más de 2.000 personas han muerto en Líbano, de las cuales 1.200 fallecieron desde la intensificación de los bombardeos israelíes el 23 de septiembre, según un recuento realizado por AFP en base a cifras oficiales.
En el frente de la Franja de Gaza, donde Israel vuelve a intensificar sus ataques aéreos y operaciones terrestres, la Media Luna Roja palestina anunció que 28 personas murieron y 54 resultaron heridas en un bombardeo contra una escuela que albergaba a familias desplazadas.
Según el portavoz de la Defensa Civil de Gaza, Mahmud Bassal, al menos 140 personas han muerto en Jabalia desde el comienzo de la operación israelí, y “un gran número” de civiles siguen atrapados bajo los escombros, sin que los equipos de rescate puedan intervenir debido a la situación de seguridad.
El ejército israelí anunció que tres de sus soldados murieron en el norte de la Franja de Gaza, con lo que sus pérdidas ascienden a 353 soldados en el último año.
El conflicto entre Israel y Hamás estalló tras el ataque sin precedentes de milicianos islamistas en suelo israelí, que causó la muerte de 1.206 personas, la mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes.
En respuesta, Israel lanzó una implacable ofensiva en la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, en la que ya han muerto más de 42.065 palestinos, mayoritariamente civiles, según datos del Ministerio de Salud, que la ONU considera fiables.