En Estados Unidos, el huracán Milton se acerca a la costa de Florida, donde se espera que golpee el miércoles por la noche. Elevado a categoría 5, la más peligrosa, podría ser “el peor” huracán en un siglo, según el presidente Joe Biden. Las órdenes de evacuación se multiplican mientras la FEMA, la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias, está en medio de una controversia política.
Los fenómenos meteorológicos extremos, que el cambio climático está haciendo más probables y frecuentes, amenazan no sólo la seguridad de la población, sino incluso la capacidad de las instituciones que se supone deben gestionar antes y después de las catástrofes. Por eso FEMA, la agencia federal estadounidense encargada de prestar asistencia en situaciones de emergencia, está en todos los frentes. Hace menos de 15 días, tuvo que acudir en ayuda de las víctimas del huracán Helene, que asoló seis estados del sureste de Estados Unidos, causando más de 230 muertos e inmensos daños. Se movilizaron unos 7.000 agentes, se distribuyeron 15 millones de comidas, 500.000 lonas… Coste total: 210 millones de dólares.
Con la llegada de Milton, el peor huracán que ha azotado Florida en un siglo, según Joe Biden -que canceló un viaje a Alemania para la cumbre de Ramstein debido a la proximidad del huracán-, mucha gente está preocupada por la capacidad de la FEMA para responder a otra catástrofe. Según la prensa estadounidense, la agencia federal responsable de las situaciones de emergencia podría quedarse sin dinero en las próximas semanas. Con el aumento de los huracanes como consecuencia del calentamiento global, la FEMA está muy solicitada.
“Cuando observamos las previsiones del huracán Milton, vemos que dos emplazamientos militares muy importantes se encuentran en su trayectoria, el Centcom y el Mando de Operaciones Especiales. Esto plantea un grave problema de seguridad, sobre todo porque acabamos de pasar por el huracán Helene y la Agencia Federal de Gestión de Emergencias, FEMA, está al límite. Cada vez es más difícil responder a varias amenazas a la vez”, advierte Erin Sikorsky, que dirige el Centro para el Clima y la Seguridad, un instituto de investigación independiente con sede en Washington, a nuestra enviada especial Stefanie Schüler.
Campañas de desinformación
La FEMA también se ha visto debilitada por una campaña de desinformación de los republicanos, encabezados por Donald Trump, que la acusan de malversar dinero. “El Gobierno federal no responde”, fustigó el expresidente en Georgia tras el paso de Helene. También acusó al Gobierno y a las autoridades demócratas de Carolina del Norte de “no ayudar deliberadamente a la gente de las zonas republicanas”.
La polémica continúa a menos de un mes de las elecciones presidenciales estadounidenses.
“Una campaña de desinformación sobre la respuesta a los huracanes está haciendo estragos y se está amplificando en las redes sociales”, recalca Erin Sikorsky. “Son informaciones falsas de que FEMA no está ahí para ayudar a la gente. Que no deberías llamar a la FEMA porque se apoderaría de tus tierras para extraer litio. Que las zonas de mayoría republicana quedarían abandonadas a su suerte. Incluso algunos líderes políticos están hablando de esto. Los líderes locales están diciendo a sus comunidades que es mentira. Pero esto está creando problemas de seguridad y dificultando la capacidad de intervención. Es todo muy preocupante”, asegura.