El ejército israelí anunció el martes el inicio de las “incursiones terrestres” en poblados del sur de Líbano, horas después de que el movimiento Hezbolá dijera que había atacado “soldados enemigos” en la frontera entre los dos países.
“De acuerdo con la decisión del nivel político, las fuerzas de la Defensa Civil iniciaron hace unas horas incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas, basadas en inteligencia precisa”, indicó el ejército en un comunicado divulgado en Telegram a las 02H00 del martes (23H00 GMT de lunes).
Del lado libanés, una fuente de seguridad dijo a la AFP que Israel lanzó la noche del lunes al menos seis bombardeos sobre un suburbio del sur de Beirut considerado un bastión de Hezbolá.
El balance de los bombardeos israelíes el lunes en Líbano es de 95 muertos, según el Ministerio de Salud libanés.
El ataque israelí alcanzó al campamento de refugiados palestinos Ain al Helweh en la ciudad de Sidon, en el sur de Líbano, dijo un funcionario a cargo del centro.
Las incursiones israelíes, respaldadas por ataques aéreos y de artillería, tienen como objetivo combatientes del grupo Hezbolá “en poblados cercanos a la frontera” con Israel, indicó el comunicado.
A su vez, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo el lunes que discutió con su par israelí Yoav Gallant sobre “la necesidad de desmantelar infraestructuras de ataque a lo largo de la frontera para asegurar que el Hezbolá libanés no pueda ejecutar ataques similares al del 7 de octubre en las comunidades del norte de Israel”.
“Estamos listos”, dice Hezbolá
Al respecto, el sitio noticioso estadounidense Axios publicó que la incursión israelí es “selectiva y limitada en el tiempo y en sus alcances, y no busca ocupar el sur del Líbano”, citando a dos funcionarios israelíes.
Pese al devastador golpe asestado a Hezbolá con el asesinato de su jefe, Hasán Nasralá, el viernes en un bombardeo cerca de Beirut, los dirigentes israelíes advirtieron que la batalla no ha terminado contra el movimiento proiraní, archienemigo de Israel.
Antes de la incursión, el ejército israelí anunció que había instaurado una “zona militar cerrada” en torno a los municipios de Metula, Misgav Am y Kfar Giladi.
Previamente, el ministro israelí de Defensa, Gallant, afirmó que la muerte de Nasralá es “un paso importante” pero no es el “final”.
“Para garantizar el regreso de las comunidades del norte de Israel, utilizaremos todas nuestras capacidades”, declaró Gallant durante una visita a soldados desplegados en la frontera entre Israel y Líbano.
Por su parte, el número dos del movimiento islamista libanés, Naim Qasem, aseguró que “estamos listos si los israelíes deciden entrar en nuestro territorio, nuestras fuerzas de la resistencia están listas para una confrontación terrestre”.
Hezbolá dijo en un comunicado que había atacado a soldados israelíes que realizaban “movimientos” en huertos cercanos a la frontera.
Biden insiste en alto el fuego
La ONU anunció que los más de 10.000 cascos azules desplegados en el sur de Líbano ya no pueden patrullar por la intensidad de los combates.
En Washington, el presidente Joe Biden dio a entender que se opone a las operaciones terrestres israelíes en Líbano y pidió un alto el fuego “ahora”.
Cualquier nueva intervención militar israelí en Líbano “debe ser evitada”, señaló en tanto el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.
Hezbolá abrió un frente en la frontera con Israel hace casi un año, tras el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, en apoyo a su aliado islamista Hamás, en el poder en ese territorio palestino.
Desde mediados de septiembre, Israel desplazó el grueso de sus operaciones militares hacia el norte, con el objetivo de atajar los tiros de cohetes de Hezbolá y permitir que regresen a casa miles de habitantes del norte de Israel.
Primer bombardeo en Beirut
Por su parte, Irán, aliado clave de Hezbolá y también aliado de Hamás, descartó desplegar combatientes en Líbano y en Gaza para enfrentar a su archienemigo Israel.
Aún así, el secretario estadounidense Lloyd advirtió a Irán de “serias consecuencias” si llega a atacar a Israel.
Desde la ola de explosiones de bíperes y walkie-talkies de Hezbolá en Líbano a mediados de septiembre, atribuida a Israel, y la intensificación de los bombardeos israelíes que le siguieron, más de 1.000 personas han muerto en Líbano, según el Ministerio libanés de Salud.
En la Franja de Gaza, bombardeada sin tregua desde hace casi un año, el número de ataques aéreos israelíes ha disminuido considerablemente en los últimos días.
No obstante, la defensa civil palestina dijo el martes que 12 personas murieron murieron en un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza, y otros siete murieron en los bombardeos contra una escuela que albergaba a desplazados en el este de Ciudad de Gaza.
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