Brigitte Anzola llegó a Líbano de vacaciones para visitar a su hija Joselyn, que hace 8 años vive allí junto a su esposo, su perro y tres gatos. El pasado 26 de septiembre, en plena entrevista con Noticias Caracol en vivo, tuvo que salir con su familia de la casa ante una amenaza de bombardeo.
Ahora, a dos días de que un vuelo humanitario los saque de ahí, ruega que los dejen abordar con las mascotas.
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“Si mi hija no se va, pues yo tampoco”
Joselyn Reyes recalca que para ella “los animales son seres que hacen parte de nuestra familia, entran al núcleo familiar y para mí es muy difícil el hecho de abordar ese avión y no poder llevarlos conmigo. Tengo tres gatos y también tengo un perro, pero el perro lo comprendo un poco más porque es un perro de raza grande, un rottweiler, una raza que no se acepta en muchos vuelos comerciales porque ya anteriormente lo había averiguado y tengo una persona que sí podría quedarse con mi perrito mientras vemos qué pasa, pero tengo tres gatos que dependen al cien por ciento de mí. No tengo a quién dejárselos, no tengo una persona que yo pueda sentirme segura de que los va a tener y los va a cuidar porque en estos momentos todos estamos preocupados por nuestra vida y los animales para muchas personas pasarían a un segundo plano. Y pues mi petición en este momento, mi deseo más grande es que me permitan abordar con mis mascotas, con mis tres gatos en este caso. Son unos gatos que están esterilizados, están vacunados. Son unos gatos que esta semana, para yo estar lista con todo, los llevé al veterinario, les hicieron su chequeo y les hicieron el certificado que necesitarían para darse cuenta de que ellos están en buen estado físico. Tienen su microchip también”.
Por eso pidió a la Cancillería colombiana, “a la persona que tenga la potestad de otorgarme ese permiso, esa autorización, que me permitan subir con ellos al avión, porque yo personalmente, y se lo dije a mi mamá, me rehúso a montarme a ese vuelo si no me permiten subirme con ellos”.
“Si no consigo el permiso o la tripulación de las fuerzas aéreas no me permiten subir con ellos me devuelvo a mi casa, me devuelvo y que sea lo que Dios quiera, pero no los voy a abandonar”, recalcó.
Brigitte, entre lágrimas, manifestó que “si mi hija no puede viajar con todo el dolor que me daría, yo tampoco porque sé que mi familia me está esperando en Colombia, pero no puedo dejar a mi hija tampoco en una situación como esta. De pronto muchas personas no me van a entender o mi familia, como me dicen, cómo van a quedarse allá por unos gatos. Yo no soy capaz tampoco de abandonar a los animales. Ellos son considerados seres sintientes, hay leyes que los protegen. Y si mi hija no se va, pues yo no puedo dejar a mi hija en una situación tan difícil como la que estamos viviendo. Entonces sí pido por favor al canciller, a la persona que pueda darnos ese permiso prioritario, por decirlo de alguna manera especial que podamos abordar en ese vuelo, porque realmente la estamos viviendo es muy difícil”.
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“Nosotros no nos acostamos y, como decimos acá, vamos a bañarnos mientras podamos, te acuestas sin saber, si Dios no lo permita, mandan una bomba cerca, al lado, y tú caes en ella. Entonces es una situación bastante complicada la que estamos viviendo, pero tampoco tendría el corazón de abandonar a los animalitos y muchísimo menos a mi hija”, subrayó.