El Partido de la Libertad (FPÖ), fundado por antiguos nazis, se impuso con un 29,1%, por delante del conservador Partido Popular Austriaco (OVP) del actual Canciller Karl Nehammer, con un 26,2% de los votos, y de los socialdemócratas de centro-izquierda, con un 21%. Seis millones de electores estaban llamados a elegir a sus diputados.
Informe de la corresponsal de RFI en Viena, Isaure Hiace
El líder de la extrema derecha austriaca, Herbert Kickl, aplaudió la histórica victoria parlamentaria de su partido, el FPÖ, el domingo por la noche, como “la apertura de una nueva era”.
“Saboread este resultado. Es un capítulo de historia que hemos escrito juntos hoy”, dijo a sus partidarios reunidos en Viena. “Lo que hemos conseguido supera mis sueños más locos”, añadió.
Cuando se anunciaron las primeras proyecciones, resonaron gritos de júbilo en el enorme restaurante que el FPÖ había elegido para esta velada electoral en el centro de Viena.
Este primer puesto es histórico para el partido. Nunca antes había resultado vencedor en unas elecciones generales, pero los conservadores, dirigidos por el actual Canciller Karl Nehammer, no están muy lejos.
Una victoria que no es sinónimo de acceso al poder
El primer puesto del FPÖ no es sinónimo de su acceso al poder. Karl Nehammer descartó las conversaciones con el líder del FPÖ, Herbert Kickl, considerado demasiado radical, pero no con el partido.
En la sede del FPÖ, la gente quiere creer en una nueva coalición entre la extrema derecha y los conservadores. Muchos activistas confían en esta posibilidad, señalando que hay muchos puntos en común entre los dos partidos, sobre todo en temas económicos y de inmigración.
Pero los conservadores podrían preferir aliarse con los socialdemócratas, posiblemente en asociación con el Partido Neoliberal. Las negociaciones que comenzarán en las próximas horas parecen, por el momento, abiertas.