Durante la misa que cerraba el viaje apostólico por Bélgica, el Papa Francisco pronunció una fuerte homilía y dijo sin ambajes que en la Iglesia, “hay sitio para todos pero no para el abuso. El sumo pontífice exigió a los obispos que no se encubran los abusos, “que se juzgue al abusador”. Y aseguró que sintió el sufrimiento de las víctimas durante una reunión previa.
Este domingo 29 de septiembre Francisco concluyó su viaje apostólico por Luxemburgo y Bélgica. En la misa final, celebrada en Bruselas en el estadio “Rey Balduino” ante unas 40 mil personas y en presencia de la familia real, Francisco exigió que se juzque a los abusadores.
El pontífice compartió ante los fieles que en la reunión previa que había mantenido con 17 víctimas del clero, había sentido “el sufrimiento” y destacó que en la Iglesia que “no hay lugar para los abusos, ni para cubrir los abusos”, una frase que provocó aplausos por parte de los asistentes.
”Pensemos en lo que ocurre cuando los pequeños son escandalizados, heridos, maltratados por quienes deberían cuidarlos, en las heridas de dolor e impotencia en primer lugar en las víctimas, pero también en sus familias y en la comunidad”, agregó el papa en esta homilía sin ambajes.
Y continuó: “Con la mente y el corazón vuelvo a las historias de algunos de estos pequeños que conocí anteayer. Los escuché, sentí su sufrimiento como abusados y lo repito aquí: en la Iglesia hay lugar para todos, todos pero todos serán juzgados y no hay lugar para el abuso, no hay lugar para encubrir el abuso”.
”Pido a todos: ¡no encubran los abusos! Pido a los obispos: ¡no encubran los abusos! Condenen a los abusadores y ayúdenlos a curarse de esta enfermedad del abuso”, agregó visiblemente emocionado para luego aseverar: “El mal no se puede ocultar: el mal hay que sacarlo a la luz, que se sepa, como han hecho algunos abusadores, y con valentía…que se juzgue al maltratador. Que se juzgue al abusador, sea laico, laica, sacerdote u obispo: que se lo juzgue”.
Beata Ana de Jesús
Así también, Francisco, beatificó a la carmelita española Ana de Jésús, discípula directa de santa Teresa de Jesús y recordó que esta carmelita descalza quien muriera en Bruselas en 1621 “estuvo entre las protagonistas, en la Iglesia de su tiempo, de un gran movimiento de reforma, tras las huellas de una ‘gigante del espíritu’ –Teresa de Jesús–, de la que difundió los ideales en España, en Francia y también aquí, en Bruselas, y en aquellos que entonces se llamaban los Países Bajos Españoles (…..) en un tiempo marcado por escándalos dolorosos, dentro y fuera de la comunidad cristiana, ella y sus compañeras, con su vida sencilla y pobre, hecha de oración, de trabajo y de caridad, supieron traer de nuevo a la fe a tantas personas, hasta el punto de que alguno definió su fundación en esta ciudad como un ‘imán espiritual’”, agregó Bergoglio quien anunció que retomará la causa de beatificación del rey Balduino.
Al final de la misa, el Papa Francisco invitó a los fieles a rezar junto a la Virgen María por la paz en el Líbano y pidió un alto al fuego en la región, así como en Palestina e Israel, para quienes pidió la liberación de los rehenes y la ayuda humanitaria.