El domingo 13 de octubre, tanques israelíes penetraron por la fuerza en una posición de la FINUL en el sur del Líbano, el campamento de Ramiya, una de las bases de la fuerza interina de Naciones Unidas en el país. Los tanques permanecieron allí menos de una hora antes de marcharse, pero la FINUL ha denunciado estas nuevas violaciones del ejército israelí y exige explicaciones. Entrevista con el general Olivier Passot, investigador asociado del Instituto de Investigación Estratégica de la Escuela Militar (INSERM, por sus siglas en francés) de Lyon, oficial de enlace de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) de 2018 a 2019 y especialista en Oriente Medio.
RFI: Esta intrusión, que ha provocado fuertes reacciones internacionales, en particular de Italia, pero también de la ONU, que habla de posibles crímenes de guerra, ¿representa una nueva etapa en la guerra de Israel en el sur del Líbano?
Olivier Passot: Evidentemente, es la primera vez. Los días 10 y 11 de octubre hubo disparos contra posiciones y puestos de observación de la FPNUL. Y esta vez, en dos ocasiones, creo que el domingo, hubo intrusiones forzadas en campamentos de la FINUL. Una vez, creo que fue para esconderse, para escapar del fuego de Hezbolá. Y la segunda vez, fue claramente para intimidar a las fuerzas de paz.
¿Qué significa en la gramática de la guerra que el ejército regular de un país penetre de este modo en una posición de la ONU?
En el Líbano, se trata sin duda de algo inédito. Pero debe de haber ocurrido en muchas misiones de mantenimiento de la paz en todo el mundo. Demuestra el deseo de los israelíes de tener vía libre en todas sus zonas de operaciones. Esto es lo que Benjamin Netanyahu le dijo al Secretario General de la ONU cuando le pidió que ordenara la evacuación de las fuerzas de la ONU del sur del Líbano.
Pero, ¿existe alguna justificación militar para esta intrusión? ¿Tiene esta postura de la FINUL un interés estratégico o es ante todo un mensaje político?
Creo que ambas cosas. Efectivamente, en principio existe el deseo de controlar toda la zona de operaciones, porque la libertad de acción es un principio de la guerra. Un ejército que se despliega, que hace la guerra, necesita tener la mayor libertad de acción posible. Y luego, localmente, es muy posible que los campamentos o acantonamientos de la FINUL, como cualquier otro edificio, sirvan de “refugio”, de punto ciego que obstaculice a los israelíes. De ahí la tentación israelí de querer controlarlo todo e impedir que la gente de Hezbolá se refugie o esconda en los intersticios.
La FINUL está compuesta por unos 10.000 hombres que se supone deben garantizar la estabilidad de la zona. Como usted ha dicho, Benjamin Netanyahu la ha criticado por su inacción. Lo mismo dijo el embajador israelí en Francia a RFI este lunes. ¿Hay algún problema con el estatuto y la misión de esta fuerza en el contexto del sur del Líbano y del enfrentamiento entre Israel y Hezbolá?
Es cierto que la FINUL no ha completado su mandato desde 1978, pero sigue ahí. La ‘i’ de FINUL significa ‘interina’, y se suponía que no iba a durar cuarenta años. Y ahora su mandato se renueva cada año. Por desgracia, no ha conseguido imponer, o al menos permitir, que el gobierno y el ejército libaneses se desplieguen plenamente y que Hezbolá se marche.
¿Por qué? ¿Porque no tiene los medios? ¿Porque no tiene el mandato? ¿Porque no tiene la voluntad?
El mandato está ahí, pero Líbano no siempre ha sido muy conciliador y Hezbolá ha penetrado y se ha infiltrado en los diversos mecanismos del Estado libanés, incluidos los servicios de inteligencia y el ejército. Así que el ejército libanés ha sido un poco complaciente con Hezbolá, cuando, por ejemplo, la FINUL ha pedido ir a investigar escondites o túneles, etcétera. Pero las resoluciones y el derecho internacional también han sido violados por los israelíes, con sobrevuelos casi diarios del espacio aéreo libanés.
En RFI, el embajador israelí dijo que los países que componen la FINUL -Indonesia en particular, pero hay muchos otros- deberían presionarles para que retiren la fuerza y así poder atacar realmente a Hezbolá y sus túneles, de cuya existencia la fuerza de la ONU ni siquiera ha informado. Esto es lo que dice hoy Israel para justificar su acción de ayer, para decir ‘ahora esta fuerza no ha servido para nada, no ha cumplido su misión, los países que la integran deberían presionar a los soldados para que se retiren’. ¿Qué opina al respecto?
De hecho, lo están intentando desde arriba, es decir, desde el más alto nivel del Secretario General de la ONU, y luego se dirigen a cada nación como tal, a las autoridades indonesias, italianas, francesas, etc. Pero hay una oleada de solidaridad dentro de las diversas naciones que componen esta coalición, así que no creo que vaya a funcionar.