La Casa Blanca publicó el sábado un reporte médico que concluye que Kamala Harris posee a sus 59 años la “resiliencia física y mental necesaria” para desempeñarse como presidenta, en un intento por presionar a su rival republicano Donald Trump a hacer una publicación similar.
“La vicepresidenta Harris continúa con excelente salud”, dijo su médico Joshua Simmons en el informe, en el que dice que la también candidata a la presidencia “posee la resiliencia física y mental necesaria para desempeñar con éxito las funciones de la presidencia”.
En declaraciones a periodistas el sábado antes de un viaje a Carolina del Norte, Harris dijo que la falta de voluntad de Trump para publicar sus registros médicos era “un ejemplo más de su falta de transparencia”.
“Es obvio que, al menos su equipo, no quiere que el pueblo estadounidense vea todo lo que él es… y si está o no realmente apto para hacer el trabajo de ser presidente de los Estados Unidos”, agregó.
La campaña de Trump respondió diciendo que él también estaba “en perfecto y excelente estado de salud para ser comandante en jefe”, a la vez que señaló que Harris carecía de fuerza para liderar el país.
En agosto, Trump respondió a un periodista que con “mucho gusto” publicaría su informe médico, pero desde entonces no lo ha hecho.
La actual vicepresidenta espera que con este examen médico se alimente el debate sobre las facultades de Trump, quien a sus 78 años se convirtió en el candidato de mayor edad en la historia de las elecciones.
La cuestión de la edad y las capacidades mentales empezó siendo un factor importante en la campaña, hasta que el presidente demócrata Joe Biden, de 81 años, pasó la posta a Harris en julio tras un calamitoso debate contra el expresidente republicano.
Desde entonces, el tema de las facultades físicas se ha abordado poco en los medios y no está teniendo una influencia en los sondeos, muy ajustados entre Harris y Trump, pese a su diferencia de edad.
Recientemente, el equipo de campaña de Harris llamó la atención hacia un artículo del New York Times que señala que el expresidente no ha publicado los resultados de ningún chequeo médico reciente.
Otro artículo del mismo diario analizaba sus discursos recientes, y llegaba a la conclusión de que se han vuelto más “largos”, “confusos”, “vulgares” y “obsesionados con el pasado”, lo que expertos ven como una posible señal de declive cognitivo.